El mal estado sanitario en que se encuentra el 28% del arbolado público del Gran San Juan es el resultado de años de desidia de los municipios y de la Dirección de Arbolado Público de la provincia que poco y nada han hecho para revertir esta situación insistentemente señalada por este diario, al advertir que los árboles se estaban secando por no recibir los cuidados correspondientes por parte de las áreas oficiales o de los vecinos frentistas, que también son responsables de que se haya llegado a este punto.
De acuerdo a un relevamiento dispuesto por el gobierno se calcula que en el área del Gran San Juan hay unos 187.000 árboles en la vía pública, de los cuales unos 52.000 son los que están en peligro de caerse, aunque esto no quiere decir que hay otra gran cantidad de ejemplares que sin estar totalmente secos, están en muy mal estado sanitario, y podrían pasar en cualquier momento a integrar la lista de árboles peligrosos, especialmente cuando corre viento zonda o soplan fuertes ráfagas desde los distintos puntos cardinales. Reponer estos ejemplares es urgente, por lo que se trata de una tarea que debe comenzar ya, con los casos más graves, y antes de que la temporada avance con sus propias limitaciones.
Es un hecho de que esta situación tiene que ver con el contexto de crisis hídrica, por la que atraviesa la provincia, sumado al cambio climático que está haciendo sentir en varios puntos del mundo. Pero también es cierto que la desidia oficial se advierte en sectores del Gran San Juan que no cuentan con acequias o que están en tan mal estado que es imposible canalizar el agua para que llegue eficientemente hasta cada árbol. Tampoco desde las áreas de arbolado público municipal o provincial se ha hecho alguna campaña para enseñarle a la gente cómo cuidar el árbol del frente de su casa, lo que ha acelerado el proceso de deterioro de plantas que ahora acusan estrés hídrico o directamente se han secado, sin posibilidad de recuperarlas.
Evidentemente todo lo que se haga a partir de ahora para tratar de crear mejores condiciones para el arbolado es limitado tanto por la cantidad de árboles a erradicar como por el tiempo que queda dentro de la temporada para el reemplazo de los árboles.
En este contexto se presentan planteos de cuestiones básicas a resolver: si se erradican más de 52.000 ejemplares, porque existe la posibilidad cierta de que se caigan en cualquier momento, hay que prever qué árboles se colocarán en su reemplazo; el mejoramiento del sistema de riego para que no vuelva a pasar lo que está ocurriendo y la rapidez con que se irán reemplazando los árboles más afectados.
Después del 10 de diciembre, habrá una nueva administración del gobierno provincial y de algunos municipios del Gran San Juan, que fijará o no nuevas políticas en relación al mantenimiento y conservación del arbolado. Las nuevas autoridades tendrán, al menos, cuatro años para intentar una acción de recuperación que deberán comenzar de inmediato si es que quieren exhibir algún resultado positivo.
