La Asociación Bancaria venía amenazando desde hace tiempo con una medida de fuerza en reclamo de mejoras salariales, en plena discusión paritaria, que de acuerdo a lo anunciado se cumplirá hoy. El día no ha sido elegido al azar, por el contrario se ha buscado que sea el último día hábil de la semana, que es seguido por el sábado y domingo, y luego por dos feriados consecutivos como son el lunes y martes de carnaval.

El daño a la actividad económica no puede ser mayor. Desde personas que deben cobrar sus haberes, activos y jubilados, hasta comerciantes, empresarios y productores que necesitan depositar valores o retirar fondos para concretar pagos pactados, se verán perjudicados por el paro bancario.

Más allá de que el reclamo salarial sea justo, no podemos admitir que se recurra a viejas prácticas de un sindicalismo retrógrado que lo único que promueven es perjudicar a la población. Si no hay bancos hasta el miércoles 14, una gran parte de la actividad económica se verá frenada afectando al país, en el preciso momento en el que habría que dedicar los mayores esfuerzos para intentar su reactivación.

El mundo actual nos enseña que los gremios no puede especular con disponer paros cada vez que una negociación salarial no está dando los resultados que se desean. Se trata de una actitud extorsiva que va más allá del derecho a huelga o de los derechos generales de los trabajadores.

En este mismo contexto hay otras organizaciones sindicales que se están preparando para dar sus golpes de escena, como el sindicato de los camioneros, que conduce Moyano, que está organizando, con la adhesión de otros gremios, una movilización a nivel nacional para el 21 del corriente, sólo para demostrar a las autoridades del Gobierno nacional el poder de convocatoria que tiene este sector.

Es evidente que a estos dirigentes no les interesa todo el mal que provocan, al generar un clima de tensión en medio de un caos generalizado.

Por otra parte, los feriados de carnaval forman parte de una absurda herencia con muy poco sentido, que debería someterse a revisión ya que no encuadran dentro del esquema de la nueva Argentina que se está promoviendo desde el Gobierno nacional. Dos días feriados consecutivos, después de un fin de semana, no es la mejor receta para hacer que el país avance. Es conocido por todos que las grandes naciones se formaron trabajando. Esa es la única forma de producir los recursos que hacen falta para crecer económicamente.