La impensada situación vivida la semana pasada en Estados Unidos, en la que partidarios del presidente Donald Trump intentaron impedir el proceso de transición a favor del presidente electo Joe Biden, ha dejado un claro mensaje referido a la necesidad de consolidar el régimen democrático en todo el mundo para evitar este tipo de atropello o que otras ideologías comiencen a imponerse, con los resultados que ya están a la vista en todas aquellas naciones donde la democracia ha quedado relegada por prácticas totalitarias que terminan sometiendo a los pueblos.

La necesidad de consolidar las democracias de todo el mundo nace a partir del derecho de libre determinación de los pueblos y la posibilidad de elegir sus propias formas de gobierno. Las democracias han sido y siguen siendo una de las formas de gobierno más justas y equilibradas, ya que es el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. En términos cuantitativos más de la mitad de los países del mundo viven actualmente en democracia. Aunque cada vez se observa con mayor preocupación cómo la calidad democrática se está resintiendo en los últimos tiempos. 

Lo ocurrido en el Capitolio norteamericano ha sido calificado por la comunidad internacional como un "atropello" a las instituciones y un "ataque" a una de las democracias más consolidadas que existen en el mundo. Si bien todos confían en que la fortaleza de las instituciones de los Estados Unidos de América pronto hará posible que se supere este episodio, este ataque al Congreso ha servido para advertir el peligro en el que se encuentran otras democracias del planeta, de países en que las instituciones democráticas no son tan fuertes, ante el avasallamiento de sectores extremistas que intentan imponer sus ideologías contrarias a la forma de gobierno más antigua, como es la democracia.

Para consolidar las democracias hay que tener en cuenta los fundamentos básicos de este sistema político. Uno de ellos es el de tener la posibilidad de que esta forma de gobierno esté pensada para beneficiar a todos los individuos de una nación y no solamente a los de algunos sectores. 

Por otra parte, los partidos políticos deben procurar el bien común a la mayor cantidad de personas y no actuar como corporaciones en beneficio de unos pocos. 

De la misma manera se debe promover, en todos los órdenes, que cualquier tipo de acción o medida que se tome deben ajustarse estrictamente a lo que establece la Constitución Nacional como única garantía de que se está actuando dentro del Estado de Derecho.