Si algo ha podido darle ventaja a la humanidad como especie, es su capacidad de acumular soluciones culturales, que a su vez han sido umbral para todo logro material. Es el caso del lenguaje, oral y escrito, producto de milenarias articulaciones, que hoy nos resulta crucial para toda interacción. Se pondera hoy la comunicación virtual y su globalidad, la que sería completamente inviable sin una mínima habilidad idiomática. Otras herencias culturales, tales como ciencia, artes, técnicas o instituciones, son otros legados que se engrosan día a día. Fue en la Edad Moderna, cuando el mundo activa decisivamente el desarrollo de ciencia y tecnologías, ideas y perspectivas, logrando la humanidad dar grandes saltos evolutivos en todo sentido.

La Edad Moderna se caracterizó por la preeminencia de valores como el progreso, la razón, la libertad, además de la gestación del Capitalismo y del Estado Nación (previamente reinos). Se acuerda como su inicio la caída de Constantinopla (1453) o el descubrimiento de América (1492). Sin embargo, tendría más sentido considerar como comienzo de la Edad Moderna a la invención de la imprenta de tipos móviles (1450).

Fue gracias a la difusión impresa que los conocimientos por vez primera se hicieron extensivos en Europa, logrando incorporar incontable cantidad de mentes a ese gran acervo que representa la civilización. Ha sido función del material impreso, ser instrumento para la evolución cultural y material. Por un prestigio merecido, las bibliotecas han ocupado lugares destacados en hogares, instituciones y ciudades. Notoriedad aún hoy vigente, a pesar de que casi no se leen libros. Se siguen vendiendo, menos que en épocas pretéritas, tanto en soporte físico como virtual, aunque pasan a acumularse entre diversas tareas pendientes. Se atribuye esto al casi excluyente predominio en los usos actuales de la mensajería virtual, redes sociales y series de TV. 

La pregunta decisiva sería si, en términos civilizatorios, estamos en riesgo por haber dejado al margen la fecundación cultural propia del libro. Una respuesta inconfundible la da una medición del World Culture Score Index, que refleja la lectura promedio en cada país. Justamente, naciones que evolucionan de manera acentuada, son hoy las más lectoras: India, China, etc. Es decir, culturas que han asumido los peligros de la evasión y el atajo.

Si fuese posible resumir en una palabra el aporte del libro, y de la lectura en general, sería "soluciones". Ya sea en el plano conceptual, interpersonal, laboral o de cualquier quehacer, en los libros hay soluciones. Del 27/4 al 15/5 se desarrolla la 47º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Emergen desde allí informaciones, que recogen medios y redes sociales, ofertas y clima cultural. Un motivo para focalizarse nuevamente en la lectura como vehículo hacia posibilidades ilimitadas. Y así, disipar las sombras que proyecta la advertencia del escritor Ray Bradbury: "No tienes que quemar libros para destruir una cultura. Sólo haz que la gente deje de leerlos".