Durante el último verano en que el Covid-19 comenzó a propagarse por todo el mundo, nuestra provincia tuvo que afrontar otro mal que amenazaba con afectar gravemente la salud de la población. Los primeros casos de dengue que se sucedieron hicieron temer por un proceso de infección masiva que, afortunadamente, con la llegada de los primeros fríos se detuvo registrándose en junio el último caso de este año. El paréntesis que impuso el invierno fue aprovechado por Salud Pública para una campaña de prevención que de ahora en más deberá intensificarse, si lo que se busca es evitar por todos los medios que el dengue vuelva a manifestarse complicando un panorama sanitario que de por si es bastante complejo por el rebrote del Covid-19 que actualmente padecemos con cifras récord a diario. La presencia en nuestra provincia de manera autóctona del mosquito Aedes Aegypti, transmisor de dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla, hace temer que en cualquier momento se desate una epidemia, con graves consecuencias para el sistema sanitario local, que a consecuencia del coronavirus se encuentra en un estado bastante precario respecto de la capacidad de internación y asistencia a las personas contagiadas.
Es por esto que la campaña de prevención contra el dengue debe ser intensificada y encarada de la manera más enérgica posible a fin de evitar que este virus entre en circulación comunitaria durante el verano que es cuando el mosquito transmisor se reproduce con más facilidad.
Los consejos que se imparten para evitar la proliferación del insecto son, en líneas generales, muy sencillos, pero su éxito depende de que la población tome conciencia de que hay que cumplirlos estrictamente para asegurarse de que se está erradicando la amenaza.
A diferencia del Covid-19, que es un virus microscópico transmisible entre humanos en una forma casi inevitable, el dengue también se contagia entre humanos pero utilizando al mosquito Aedes Aegypti como vector de propagación, por lo que en este caso, al menos, se cuenta con un objetivo visible para combatir. Por ello es que las principales recomendaciones apuntan a evitar los ámbitos donde las larvas puedan proliferar convirtiéndose en criaderos de mosquitos, como jardines con abundante yuyos, aguas estancadas o contenidas en recipientes durante determinado tiempo, macetas, neumáticos viejos y otros sitios de similares características.
Si bien la campaña de prevención encarada hasta ahora por Salud Pública ha contado con la colaboración de otros organismos estatales y de los municipios, la sociedad tendrá una importante función como es la de generar conciencia en cada individuo de que la única forma de evitar la enfermedad es combatiendo al mosquito.
