En la primera Cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Sudamérica, los resultados no fueron los esperados, ya que se lograron muy pocos acuerdos en beneficio del comercio mundial. No obstante, nuestro país tuvo la posibilidad de expresar, en nombre de la región, su defensa a los principios del libre comercio adoptados por la mayoría de los estados latinoamericanos, como una forma de revertir el atraso económico que ocasionaron las políticas proteccionistas de gobiernos anteriores.

Desde el inicio del encuentro, al que asistieron representantes de 164 países, entre mandatarios, ministros y empresarios, se dejó en claro que la Cumbre estaba llamada a resolver los problemas que ponen en riesgo el libre comercio y la continuidad del rol que desempeña la OMC, en busca de mejorar los flujos comerciales internacionales. Si bien se considera que esos objetivos se lograron, fue poco lo que se avanzó en materia de establecer nuevas reglas comerciales, quedando muchas de las discusiones para ser tratadas en el futuro. En este marco se trató el tema del proteccionismo estadounidense, y si bien no se dejó que la posición de ese país desbaratara las negociaciones, su influencia incidió para que el sistema multilateral de comercio no alcanzara la promoción esperada.

En el comienzo del encuentro los cuatro países del Mercosur, además de Chile, Colombia, Guyana, México, Perú y Suriman, firmaron la llamada Declaración de Buenos Aires, que promueve un comercio basado en reglas claras, abierto, transparente e inclusivo. Pero al realizarse las reuniones ministeriales las discusiones fueron en distintos sentidos y no permitieron alcanzar grandes acuerdos orientados a mejorar los flujos del comercio internacional.

Entre los temas con mayores dificultades estuvo el del comercio agrícola y el de los acuerdos que permitan a los países en desarrollo competir en igualdad de condiciones con las naciones más desarrolladas. En este sentido se pidió el tratamiento especial a la reforma del comercio agrícola, de gran importancia para el tratado de libre comercio que se pretende establecer entre el Mercosur y la Unión Europea.

También se dio lugar al tratamiento de la economía digital, relacionada con el comercio electrónico y la inserción de pymes en el comercio mundial, temas en los que tampoco hubo definiciones concretas.