Después de un año en que los trabajos de poda del arbolado público estuvieron suspendidos por motivo de la pandemia del covid-19, una acción que también permitió la recuperación de muchos ejemplares arbóreos que al no ser podados tuvieron un desarrollo muy particular de su follaje y ramas, contribuyendo al mejoramiento del ambiente, este año nuevamente se autorizó la tarea para todas aquellos vecinos frentistas que solicitan debidamente el permiso y que ahora pueden cortar y erradicar ramas que pudieran estar ocasionando algunas dificultades.
La poda del arbolado público es una labor que en algunos casos se justifica y en otros no tanto, por lo que las autorizaciones deben ser debidamente corroboradas para comprobar si la tarea es realmente necesaria o responde solamente a un deseo del frentista. Además es imprescindible que la tarea esté a cargo de profesionales que conozcan a la perfección el trabajo y eviten dañar los ejemplares con una poda indebida que lo único que consigue es debilitar al árbol y promover su deterioro anticipado.
A los fines de evitar excesos o daños innecesarios todos los años en el mes de mayo se habilita el período de poda que, por lo general, se extiende hasta fines de agosto. Este año debido a la sequía y las altas temperaturas que se registraron fuera de época la Dirección de Arbolado Público de la Secretaría de Ambiente del Gobierno de la provincia, al igual que los municipios dispusieron retrasar el inicio de esta práctica por lo que desde el pasado 1 de julio se comenzaron a recibir las solicitudes correspondiente. No obstante se ha advertido que muchos frentistas han hecho caso omiso y han procedido con podas que no sólo no están autorizadas sino que se han hecho en forma muy extrema al punto de dejar los árboles a la altura de los muñones sin sus ramas.
También se ha detectado una indiscriminada tala de ejemplares arbóreos en la vía pública sin la debida autorización de la Secretaría de Ambiente o de los municipios, en una práctica que en la mayoría de los casos se hace en complicidad entre frentistas, a los que no les interesa preservar la sombra y consideran que los árboles son un obstáculo para la vista de sus vivienda, y cuadrillas de taladores que se han conformado para realizar una tarea que es muy bien remunerada. Actualmente por poda o erradicación de un ejemplar se llega a pagar hasta 10.000 pesos.
Los organismos correspondiente deberán, antes que finalice el período de poda, endurecer su posición ante los excesos observados y verificar si los trabajos realizados fueron hechos dentro de la normativa correspondiente.
