El acuerdo al que llegaron los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump y de China, Xi Jimping, en la cumbre del G-20 celebrada la semana pasada en Osaka, Japón, por la que se estableció otra tregua dentro de la "guerra comercial” entablada por ambos países, ha sido bien visto por el resto de las naciones participantes, por considerarla necesaria para definir esta situación que mantiene en vilo a todo el mundo.
Es de destacar que dentro de este acercamiento no se han fijado plazos para alcanzar un acuerdo definitivo, a tal punto que tampoco hay una fecha para que sus delegaciones retomen las rondas de negociaciones. Lo que sí ha quedado claro es que se va a trabajar en restablecer las conversaciones económicas y comerciales entre los dos países, interrumpidas desde mayo último. Además, EEUU ha accedido a no imponer nuevos aranceles sobre sus importaciones chinas, como había amenazado, y permitirá que sus empresas puedan vender productos y componentes a la tecnológica china Huawei. A cambio, China adquirirá más bienes agrícolas estadounidenses.
Como es sabido, este conflicto fue iniciado en marzo de 2018 tras un anuncio realizado por el presidente de Estados Unidos quien decidió imponer aranceles por un monto 50.000 millones de dólares a los productos chinos. Unos días después, China respondió aplicando aranceles a 128 productos estadounidenses, intensificando el conflicto.
Durante la G-20 realizada en Buenos Aires, en diciembre pasado la ‘guerra” pareció entrar en una tregua, sin embargo tras 11 rondas de conversaciones, el conflicto lejos de acercase a una culminación exitosa se agravó a tal punto de que EEUU consideró aplicar nuevos aranceles a las exportaciones chinas.
En relación a otros temas de interés tratados durante el encuentro, que reunió a los líderes de las 20 naciones con más incidencia en el comercio internacional, se obtuvo un nuevo respaldo a los fundamentos del libre comercio, que se han visto últimamente avasallados con la actitud de algunos países que están aplicando políticas proteccionistas.
Por otra parte se logró avanzar en un terreno común en relación al tema del cambio climático, aunque sin el apoyo de EEUU -uno de los países más contaminante- que sigue sin acompañar la posición global.
Finalmente, el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, con fuerte incidencia en nuestro país, fue un broche de oro para los países de ambos bloques económicos, en relación a que los beneficiará en un futuro próximo con un intercambio comercial que promete reactivar sus respectivas economías.
