Despedimos 2023 y recibimos a 2024 con la expectativa de visualizar un futuro mejor para nuestro país, a pesar de que las nuevas autoridades nacionales encabezadas por el presidente Javier Milei se han encargado de hacernos ver que la posible recuperación económica no es algo sencillo y que llevará algunos años concretarla. Estamos ante el inicio de un año que será clave en cuanto a los signos de recuperación que pueda mostrar la Argentina, especialmente después del primer paquete de medidas anunciadas a nivel nacional, mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que prevé la derogación de un conjunto de leyes con las que se pretende la desregulación de la economía.

La demora que tendrá la implementación del DNU, hasta que sea sometido al tratamiento legislativo correspondiente, junto a otras medidas que irán surgiendo, puede que insuma los primeros meses del año, lo que postergará las posibilidades de ir determinando si las primeras acciones comenzarán este año a dar algunos de sus frutos tanto en el esquema macroeconómico como en el de las economías domésticas.

En el plano provincial, referido a las primeras acciones del gobierno local que conduce Marcelo Orrego, también hay muchas expectativas a partir de los fondos que recibirá San Juan para poder ordenar su propia administración y la consecuente distribución de fondos a los municipios departamentales. Esos recursos son los que harán funcionar la provincia pero hasta ahora se conoce muy poco a cuánto ascenderán y si serán suficientes para el normal funcionamiento del estado provincial.

Por su parte el gobierno provincial tiene varios asuntos a tratar durante el año que se inicia, algunos concernientes a medidas de acción directa y otros que precisan del tratamiento legislativo donde se sabe que el oficialismo no cuenta con la mayoría absoluta.

De todos estos aspectos lo importante es que durante el 2024 se pueda ir estableciendo si la Argentina es un país viable, es decir si tiene la capacidad de recuperación que plantea la nueva administración o es un país con pocas posibilidades de salir adelante. Cualquiera sea la posibilidad, hay que tener en cuenta que en líneas generales la mayor parte del empresariado ha considerado que las medidas desregulatorias y de reducción del déficit fiscal que se están tomando hasta ahora son positivas y que pueden tener buenos resultados en un mediano plazo.

De todas formas habrá que afrontar 2024 con todas las advertencias que se han formulado, pero con el convencimiento de que la Argentina ha encarado un rumbo, como nunca lo ha hecho, que puede resultar favorable y que debe encender en todos una luz de esperanza de un país que quiere encaminarse hacia su crecimiento y desarrollo.