Siempre se conoció que las aguas de la cuenca Matanza-Riachuelo eran una de las más contaminadas del planeta, lo que revista una gran gravedad al estar próximas a una gran metrópoli como lo es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Lo que no se sabía hasta hace poco es que esta urbe tiene otros siete cursos o espejos de agua que actualmente están siendo observados por haberse detectado que presentan elevados niveles de contaminación, algunos de ellos debido a la presencia de bacterias relacionadas con fluidos cloacales.
En orden de importancia, después del Riachuelo, el sitio que presenta la peor calidad de agua es Plaza Holanda, en los Lagos de Palermo. Lo siguen la Laguna de los Coipos, en la Reserva Ecológica; Lago Lugano, en Parque Roca; Dique 3 de Puerto Madero; el lago del Planetario; el Lago de Regatas y el Lago Parque Centenario. Si bien en estos dos últimos sitios el agua es apta para actividades recreativas también están en vías de verse afectadas si no se toman medidas con urgencia.
Lógicamente, de los lugares enunciados el que mayor conmoción ha provocado es Puerto Madero, donde el estudio realizado por el Consejo Económico y Social porteño, junto a la Universidad de Palermo arrojó que en las inmediaciones del "Puente de la Mujer”, en el Dique 3, fue detectada la presencia de bacterias del grupo de la escherichia coli, que es la responsable más frecuente de infecciones urinarias y gastrointestinales, y que puede causar incluso desde meningitis hasta síndrome urémico hemolítico.
La gravedad de este fenómeno está dado por la cantidad de personas que pueden verse afectadas, al tratarse de la ciudad más grande de Argentina y una de las más populosas de Latinoamérica.
Este hallazgo se da justo en momentos que el Gobierno Nacional tiene previsto encarar una de las obras de saneamiento más postergadas en la historia de la ciudad, como es el Sistema Matanza-Riachuelo, con una inversión de 1.200 millones de dólares. Estos trabajos posibilitarán que 4,3 millones de habitantes cuenten con cloacas y que se pueda encarar una limpieza más efectiva de estas aguas.
De ahora en más se deberá prestar atención a los nuevos focos contaminantes y ver de qué forma se pueden llegar a sanear, para preservar a una población que puede ver seriamente comprometida su salud.
