En un contexto en el que cada vez avanzan más las políticas proteccionistas dentro del comercio internacional, el acuerdo de libre comercio al que ha llegado el Mercosur con la Unión Europea (UE) es una demostración de la firme voluntad de ambos bloques económicos de impulsar acciones para promover un efectivo intercambio comercial que sea beneficioso para sus actividades productivas.
La Argentina, uno de los países más interesados en la concreción de este acuerdo que llevó más de 20 años en firmarse y que entrará en vigencia a partir del 2021, tiene fundadas esperanzas en que el libre comercio con uno de los mercados más importantes del planeta (más de 510 millones de habitantes) será de fundamental importancia para el desarrollo de sus economías regionales, el descenso de la tasa de desempleo y la erradicación del flagelo de la pobreza, tres de los problemas que más preocupan al Gobierno nacional. El resto de los países del Mercosur, Brasil, Paraguay y Uruguay, junto a los estados asociados también comparten la necesidad de mejorar sus relaciones comerciales con los 28 países de la UE, con la esperanza de que esta apertura traerá a la región un nuevo impulso de crecimiento económico.
Una de las características del acuerdo es que se implementará en forma gradual, beneficiando a países como el nuestro que requieren un proceso de adecuación en materia de competencia internacional. También contribuirá a una mayor calidad institucional, al establecer un vínculo político, cultural y económico con la UE y ayudará a mejorar la competitividad porque dinamizará el acceso a bienes. servicios e inversiones.
Todo indica que el acuerdo tendrá un impacto positivo para el sector agroindustrial, destacándose el de las exportaciones de carnes vacunas. En cuanto a las economías regionales se considera que resultarán beneficiadas por cuanto es un acuerdo muy balanceado en el que estarán presentes todos los productos de la agroindustria.
Hay un efecto derrame en la apertura de nuevos mercados que resultará de gran importancia y que es una de las posibilidades que ofrece el acuerdo. Al consolidar el mercado de la UE, el Mercosur podrá salir a sellar convenios con otros bloques económicos.
La implementación del acuerdo implica que Argentina como los demás países del Mercosur deberán optimizar sus actividades económicas, políticas y sociales impulsando políticas de Estado de promoción económica y desarrollo de la educación. Además, evitar la intransigencia, la intolerancia y la confrontación entre los sectores internos que muchas veces frustran las mejores intensiones, ya que está comprobado que el progreso se logra en marcos de consenso y concordia.
