Dentro de un clima de gran expectativa por lo que se resuelva el próximo 19 de noviembre, fecha prevista para el balotaje que definirá la elección presidencial 2023, las fuerzas políticas participantes se han abocado a establecer sus estrategias para intentar captar los votos que necesitan para imponerse en la compulsa. Dentro de este panorama se ha comenzado a hablar de aliados y alianzas que implican una toma de posición en apoyo de uno u otro candidato, una actitud de manejo electoral que no está bien vista ya que en algunos casos implica cambios de rumbos y posiciones asumidas anteriormente, como ha ocurrido hasta ahora con el frente electoral Juntos por el Cambio (JxC), cuyos principales referentes anunciaron el apoyo a Javier Milei en el balotaje, generando una gran convulsión dentro de ese mismo frente. Afortunadamente esta tendencia no se ha generalizado en todo el país y hay casos como el de la provincia de San Juan donde el gobernador electo, Marcelo Orrego, a pesar de pertenecer a JxC ha dispuesto dejar en libertad a los votantes para que sean ellos los que decidan qué candidato apoyar, en cumplimiento del principio de libertad que le corresponde a todo ciudadano.

La actitud de Orrego, compartida por otros tantos gobernadores de su mismo espacio político y por dirigentes de otras fuerzas que conforman el frente JxC, es una muestra de responsabilidad cívica y de una honestidad que no tiene en cuenta oportunismos ni especulaciones. Dejar en libertad al electorado para que elija entre la mejor propuesta electoral o entre el candidato que les ofrece mayores garantías de que a partir del 10 de diciembre podrá corregir desde la presidencia de la Nación el rumbo del país, es una manera de confiar en el sistema democrático y en el pueblo argentino, ya sea que se equivoque o no, ante las dos alternativas que han llegado a la instancia final.

Después de las PASO (Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), celebradas en agosto, cinco fuerzas políticas llegaron a las elecciones generales del 22 de octubre último sin que ninguna obtuviera la mayoría absoluta de votos, lo que determinó la necesidad de una segunda vuelta o balotaje. Sergio Massa por el frente Unión por la Patria y Javier Milei, de La Libertad Avanza, tendrán ahora que definir quién ocupará el sillón de Rivadavia en una minicampaña en la que se espera haya una profundización de propuestas, en temas tales como educación, salud, los índices de pobreza y seguridad, además, lógicamente, economía.

La instancia de un nuevo debate presidencial, esta vez sólo entre los dos candidatos, programado para el 12 de noviembre en la Facultad de Derecho de la UBA, una semana antes de la segunda vuelta, representará una nueva oportunidad para que el país conozca a fondo lo que propone cada postulante, y finalmente decida su voto en un ámbito de libertad y pleno derecho, como corresponde.