“Donde está tu miedo ahí está tu tarea” (Carl Jung).
El miedo es una emoción que se caracteriza por una sensación desagradable e intensa, que surge como respuesta ante la percepción de un peligro real o imaginario. Es la emoción más primitiva o animal que tenemos y, biológicamente, su función es prepararnos para la supervivencia, para poder dar una respuesta rápida y eficaz ante un riesgo o amenaza vital.
El miedo tiene una función positiva y es la de hacernos detener ante una situación de peligro y actuar con prudencia.
> EL MIEDO NOS SEÑALA EL PELIGRO
Cuando tenemos miedo nos sentimos inseguros, nos abrumamos, nos bloqueamos, hasta a veces nos paralizamos. El miedo nos hace sentir desprotegidos, vulnerables, nerviosos, ansiosos y angustiados.
El miedo, además, puede manifestarse a través de síntomas físicos como la tensión en el cuerpo, estado de alerta, taquicardia, hiperventilación, entre otras.
¿Cómo funciona el miedo?
1) El cerebro recibe una amenaza y manda señales para entrar en estado de alerta.
2) Se activan aquellos recuerdos relacionados con el miedo.
3) A nivel psicoemocional se desata un monólogo interno con pensamientos intrusivos tales como: “Por qué se me ocurrió aceptar venir”, “me voy a desmayar”, “me voy a quedar en blanco”, “voy a morir”, “jamás volveré a hacer esto”.
Casi todos nuestros miedos son una reacción anticipatoria a algo terrible que puede suceder. Es una reacción es automática. El punto es que, ante un peligro real, el miedo puede salvarnos la vida. Sin embargo, ante un peligro imaginario el costo podría ser alto, al punto que puede llevarnos a alejarnos de nuestras metas, situaciones o deseos.
“El miedo es una certeza que nos protege de la incertidumbre” (Maia Debowicz).
¿Cuantas cosas dejamos de hacer por miedo?
TAREA: Escribile una carta de despedida a tus miedos.