Piti Fernández regresa a la Sala del Sol de Luna Morena, con la presentación de su más reciente álbum solista: ‘Tuertos vivos’. Con un sonido más crudo, eléctrico, entre el folk, el rock, el country y blues, Piti (la voz de Las Pastillas del Abuelo) tiene su tercer disco que consolida su faceta más experimental, pero también contestaria ante el poder, con la poética que siempre lo ha caracterizado. En esta oportunidad, la cita será el próximo 23 de marzo junto a Los Irrompibles, integrado por Pechi Pagés en batería, Martin Morales en guitarra, Juani Morales en teclados y Guito Daverio en bajo.


– ¿Llegás con Los Irrompibles ‘a romperla’ con tu nuevo trabajo?
– Así es, presentaremos ‘Tuertos vivos’ que sacamos hace poquito. Es un privilegio esto, estoy muy contento porque considero que es el mejor disco de mi carrera.
– ¿Y por qué que es el mejor? ¿Qué diferencia hay entre lo hecho y qué evolución hay en tu performance?
– Bueno, más que nada es por la crudeza de los sonidos. Las distorsiones están bastante más crudas, respecto del primero y segundo, ya que estos fueron con folk, con guitarras electroacústicas y timbres más cercanos al country, con el bajo, la mandolina y algunos violines. En este caso, este disco tiene un tinte sureño pero abandonamos instrumentos de madera y nos manejamos solo con guitarras eléctricas. Mucho slide, más ritmos sureños y más rockeados.
– En el plano poético ¿Estas canciones sintetizan un espíritu aventurero y rutero?
– Sí, la realidad, es que toda la carrera solista que vengo haciendo tiene como motivación una impronta rutera con todas las familiaridades del country y blues. Pero en lo lírico es un disco más bien enojado, medio protestón, porque a la mayoría de las canciones las compuse en pandemia y recién ahora ven la luz. Como cambió la escena política, volví a meterme en temas sociales, sobre los medios de comunicación, la libertad de expresión y el embate de farmacéuticas y laboratorios que con sus productos, en vez de curarnos, nos envenenan. Después, hablo de la espiritualidad, porque no solo estamos ante un caos social, político y económico, también vivimos en un caos espiritual.
– De acuerdo a lo que retratás en estas melodías ¿Proponés replantearse la crisis que tiene nuestra sociedad?
– Sí, en la medida que pensemos que todavía no estamos maduros, que no estamos a salvo. Hace falta preguntarse los errores que estamos cometiendo. La música ayuda porque a veces, algunas letras de canciones nos enseñan cosas más profundas de lo que nos pueden enseñar en el colegio. Entiendo que si nos cuestionamos sobre qué nos está pasando, será una manera de salir.
– Se dice que la música sana y repara. ¿En tu caso lo buscás como intención?
– Sin duda. A mí me reconforta sanar componiendo. Primero a mí mismo; luego esa situación, un poco egoísta si se quiere, se vuelve empática, porque cuando las personas vibran con esta canción que hago, termina sanando a otros también. Para que se entienda, no lo hago para sanar al prójimo, sino que es para sanar yo, para sacarme algunas angustias e incertidumbres. Al hacerlo de esa manera, poner en palabras esas angustias, alivia. De ahí que después la canción haga su magia y rebote de alma en alma, es lo mejor también.
– ¿Quiénes son los ‘Tuertos Vivos’? ¿Qué significado encierra?
– Los Tuertos Vivos son los Masones Grado 33, son los que se tapan un ojo y hacen señas como los triángulos con el ojo en el medio. Son los que manejan la agenda y el guión de la novela mundial socioeconómica. Estos masones son los sionistas más influyentes, los que se sientan en la cúpula del Vaticano, que no tienen nada que ver con el Papa, incluso tienen más poder que él. Estos son los que conforman las organizaciones de la sinarquía mundial y que realmente manda el destino de nuestro país. Bien vivos están y coleando. Muchas veces compramos la novela que los primeros mandatarios del país son los más poderosos. Nos volvemos locos despotricando contra Cristina, Macri y Milei, cuando en realidad son empleados de gente más poderosa como George Soros, Rockefeller, Laurence Fink, grupos financieros como Black Rock, que son los que ponen a un Obama o a un Trump, para ejecutar sus órdenes. Entonces, esos son realmente los que escriben el guión y manejan a los que ocupan puestos menores.
– ¿Es lo que precisamente se llamaría el “Poder Real’?
– Es la élite trillonaria del mundo, es una estructura enorme que compran apellidos para que jueguen a su favor. Con dinero se manipula qué mensaje se da y a través de qué medio. Claramente, el orden mundial impone reglas para inocularnos miedos a las enfermedades, para que no haya dinero físico, que las monedas pasen a ser virtuales, que la mano de obra para ‘seguridad de los trabajadores’ sea con robots. Son miedos que nos mantienen sujetados y encerrados en casa, como lo sufrimos con la pandemia.
– ¿Todo estaría perdido? Porque a la luz de la solidaridad tras la tragedia en Bahía Blanca, se ven lazos humanitarios que no se pueden romper.
– Sí, es conmovedor porque todavía hay mucha gente que pone su granito de arena para aliviar tanto dolor. La capacidad de conmoverse no la ha perdido el ser humano. Sucede que si uno no tiene información certera y verdadera, no puede conmoverse. Y el entretenimiento atenta también contra la información necesaria. Al estar todos entretenidos nos informamos menos, eventos como el que pasó en Bahía Blanca hace despertar a la comunidad. Por suerte, por momentos todavía queda empatía en la sociedad y en el país.
– Como músico ¿Cómo tratás de compensar con tu arte para que no gane la orfandad y el desánimo en la gente?
– Creo que con no perder la fe, aunque por momentos siento que la pierdo. Somos una hormiga en este universo, realmente cuando nos damos cuenta lo chiquitos que somos, tenemos la sensación de que nuestra vida es la que más nos importa y nos vemos como protagonistas de nuestra propia película, la posibilidad de vernos grandes o chicos, está en nosotros. El camino de la vida contiene también a la angustia, trato de no escaparle, a veces cuesta creer pero hay que atravesarla. ¿Vale la pena vivir en un mundo tan hostil? Pero de repente se te aparece en un momento milagros como el beso de un hijo, o la solidaridad de la gente en Bahía Blanca. De todas maneras, por algo, todos estamos acá y hay que honrar el viaje, viviendo intensamente las penurias y los aciertos, las alegrías y los dolores.
DATO
Piti Fernández y Los Irrompibles. Domingo 23 de marzo, 21 hs. Sala del Sol de Luna Morena (Avenida Rawson 1358 sur). Entradas:$15.000 y $18.000, en boletería y en Tuentrada.com