Excéntrico y agudo, Jorge Ernesto Lanata falleció ayer a los 64 años por una falla multiorgánica, luego de varias intervenciones quirúrgicas. Según trascendió, su salud se agravó el viernes pasado y en las últimas horas su cuadro se volvió irreversible. Llevaba casi 7 meses de internación en el Hospital Italiano, tras descompensarse el 14 de junio en un estudio de rutina. Pese a las asperezas, su esposa Elba Marcovecchio y sus hijas Bárbara (36) – de su relación con Andrea Rodríguez – y Lola (20) – con Sara Stewart Brown- mantenían esperanzas de su traslado a un centro de rehabilitación, pero distintas afecciones fueron alejando esa posibilidad.
“Su corazón dejó de latir’. Con esas palabras confirmó la triste noticia Marcovecchio, abogada con quien vivió su última historia de amor luego de conocerse en una mediación judicial, donde ella era parte del equipo de Fernando Burlando que representaba a Flor de la V en un conflicto legal con él. “Uno se enamora de golpe, no es que uno lo busca’, dijo él en su ciclo de radio en referencia a quien, en abril de 2021, se convirtió en su última esposa.
Como uno de los periodistas más influyentes de la Argentina, el célebre escritor de historia y ficción, fundador de medios de comunicación como Página 12 y revista Veintitrés, conductor de Periodismo Para Todos (El Trece) y Lanata sin filtro (Radio Mitre) y formador de jóvenes colegas, marcó la agenda política sacando a la luz temas álgidos para la sociedad. Gran ganador en los Martín Fierro 2013 (entre otros) fue quien, de hecho, instaló el término “grieta’ para referirse al enfrentamiento ideológico que se extendía en el país. Pero también estremeció con notas a personajes como Maradona o Charly García; y polemizó con su pares cuando, por ejemplo, dio información sobre la enfermedad de Wanda Nara, cargando contra los que lo defenestraron por eso.
Amado y odiado, Lanata -que pese a haberse sometido a un trasplante de pulmón, nunca dejó fumar- vivió sin frenos y murió después de una extenuante batalla. Su ausencia es una noticia imposible de ignorar.
> Una de las hijas de Jorge Lanata, Bárbara, subió a sus redes esta foto que tomó a su padre en la terapia intensiva del Hospital Italiano, a dos meses de la internación del periodista. La primera imagen suya en ese trance, pronto se viralizó en plataformas, portales y redes.
>La interna entre las hijas -Bárbara y Lola- y ex mujeres de Lanata con su actual esposa, la abogada Elba Marcovecchio se convirtió en noticia, al punto de incluso opacar por momentos la del estado de salud del conductor. Muchos pensaban qué pasaría si salía y se enteraba.
> Lanata sin filtro y PPT fueron apenas dos de los espacios donde desplegó su oficio. Este año volvió a ganar el Martín Fierro, por el envío de Mitre. No pudo asistir, pero varios colegas lo tuvieron presente. “Mejorate Jorge, te necesitamos bien’, dijo Nelson Castro, MF de Oro.
> ELLOS DICEN:
Nicolás Wiñazki: “Él siempre decía que cuando la gente se moría, se transformaba en una estrella. Si eso fuera así, Jorge hoy está en el mejor lugar, donde siempre se sintió más cómodo: en el aire’
Jorge Rial: “Nos guste o no nos guste, hay que reconocer que cambió el periodismo en la era moderna’ / “Se enojaría mucho si nosotros le hiciéramos un homenaje’
Jonatan Viale: “Tu periodismo brillante, audaz y certero contribuyó a que esta hermosa Argentina no caiga en una chavización sin retorno (…) Intentaremos sostener tu legado’
Cristina Pérez: “Sus investigaciones abrieron el camino de la batalla contra la impunidad en Argentina que aun continúa. Corrió los limites con su brillantez. Y vivió como si fuera inmortal. Se fue el Maradona del periodismo’
Marcela Coronel: “Con Lanata muere también un pedazo de la historia del periodismo argentino. Amado, odiado, admirado y discutido. Fue un modelo para mi generación con Página 12 como emblema de su brillantez’
Mónica Gutiérrez: “Irrepetible. Único. Innovador. Infatigable. El país le debe mucho. Lo vamos a extrañar’
Daniel Hadad: “Como tantos, tuve una relación buena y mala con él (…) Desde 2014 nos acercaron la madurez y el periodismo. Y a partir de ahí compartimos el respeto y el afecto’