Las caritas de los chicos lo decían todo. Y sí, porque si bien ya habían estado ahí para los ensayos, hacer realidad semejante movida, ver y escuchar a cientos de pares cantar, tocar instrumentos, bailar y actuar, ser parte de eso y recibir el caluroso aplauso del público por primera vez fue una experiencia que seguramente no olvidarán. Lo que empezó hace meses en cada escuela, quizás como un juego o por ahí como una obligación, finalmente se convertía en ese gran espectáculo que fue. Y era de ellos. Y a medida que transcurría, lo disfrutaban aún más. Así fue, ayer por la tarde Un encuentro resonado, la cuarta y recargada “quijotada’ de un par de profes de música -Cecilia Quiroga y María José Barbero- que una vez más presentaron a las autoridades de Educación de la provincia un gran proyecto pedagógico-multiartístico, que concretaron codo a codo con profes y directivos de 25 escuelas públicas y privadas (niveles inicial, primario, secundario y pre universitario) de diferentes departamentos. Cientos de estudiantes cantando y tocando instrumentos, acompañados por coreutas (del coro Pre Universitario de la UNSJ), cantantes y músicos amateurs y profesionales, varios conocidos -como Orlando Tejada, Gokú Illanes, Leo Almazán, Elmer Meza, Emanuel Pagliari, Joaquín Basanta y hasta el director orquestal Claudio Sánchez por afuera- que se prendieron ad honorem en esta cruzada que ahora también involucró teatro, danza y plástica.

Con los acordes de Balada para un loco empezó la fiesta. El tema de Ferrer-Piazzolla plasmó el espíritu de la apuesta e hilvanó las canciones que desgranaron los chicos. Arrancaron tímidamente con 11 y 6, se entonaron con Capullito de Alelí y explotaron con Pa’ Bailar y Mala letra. De a momentos por sectores, en otros todos juntos, con pequeñas coreos en el lugar, desde los chiquitos de jardín hasta los de secundaria compartieron y brindaron su arte en un clima de alegría, que también tuvo momentos de profunda concentración para seguir lo que indicaban las profes. A propósito, capítulo aparte merecen las docentes de música que, entregadísimas, dirigían cada grupo bajo la batuta general de Quiroga. Entre ellas, Barbero, una verdadera mujer orquesta: co-dirigía a los niños, daba entrada a la banda, supervisaba el sonido, subía gradas como gato para guiar al grupo de percusión, marcaba el ritmo con un silbato, cantaba, bailaba y hasta mostraba sus dotes de actriz al micrófono.

No estuvo en el repertorio y tampoco fue un encuentro puramente coral, pero a más de uno Un encuentro resonado le trajo a la memoria el tema de José Luis Perales que dice “Que canten los niños, que alcen la voz, que hagan al mundo escuchar. Que unan sus voces y lleguen al sol, en ellos está la verdad…’.

DATO
Adaptado a esta sala de conciertos, Un encuentro resonado volverá a escena el 17 de noviembre, esta vez en el Auditorio Juan Victoria. Será para la mayoría de los chicos la primera vez en ese escenario.

Los chicos actuaron en varios pasajes del espectáculo, al son de Balada para un loco

 

Reconocidos artistas locales compartieron con los chicos su amor por la música

 

Las familias de los chicos no pararon de filmar y sacarles fotos a sus hijos artistas

 

La profe María José Barbero dio todo, dirigió, cantó, bailó y mostró dotes de actriz

>  “Estamos felices’

“Ha sido un proceso intenso, un gran esfuerzo con sus complejidades, pero buscamos que se entendiera de qué se trataba esto, que es mucho más que cantar unas cancioncitas’, dijo Cecilia Quiroga a DIARIO DE CUYO. “Es hacer un ensamble que nivela hacia arriba, porque es disciplina, trabajo y aprendizaje. Y además, reunir chicos de distintas realidades, que en la música son uno, es integrador, valioso. El por qué es simple: educar en la música, que aporta al estudio en general, a la convivencia, a los afectos. Los chicos lo han dado todo, los padres acompañaron, estamos felices y seguros de que nos dejará a todos una gratificación muy grande’.