Como ocurre cada cuatro años, durante las próximas dos semanas el mundo entero asistirá a uno de los eventos deportivos más importante a nivel mundial. Los Juegos Olímpicos de verano que este año se han comenzado a realizar ayer en la ciudad de París, en Francia, con la participación de más de 10.000 atletas de todas las nacionalidades, que buscarán una vez más cumplir con los objetivos que se han establecido desde su creación. Los JJ.OO. modernos datan de 1896 en Atenas, Grecia. En esa ocasión la inauguración tuvo lugar en el estadio Panathinaiko ante 241 atletas de 14 naciones. Los primeros juegos de la historia los encontramos en el año 776 aC, en la Antigua Grecia, donde se realizaba una serie de competiciones entre distintas ciudades del país.
El espíritu de estos juegos siempre fue la promoción de la paz y la unidad, a través de la amistad y respeto de las naciones. También celebrar la excelencia humana, destacando las habilidades y logros de los atletas, inspirando a la humanidad a alcanzar metas y superar límites en diversos aspectos.
Por último la promoción de los valores olímpicos entre los que se destacan la amistad, el respeto y el juego limpio.
Pero hay otro aspecto de gran importancia entorno a los JJ.OO. y es el de preservar la paz en el mundo combatiendo el accionar del terrorismo, ensañado históricamente con estos juegos en el intento de realizar demostraciones de su poderío y habilidad para transgredir sistemas de seguridad antiterroristas. Los Juegos Olímpicos de París 2024 no son la excepción de la regla y las autoridades han tenido que reforzar todos los sistemas de vigilancia para evitar infiltrados que puedan realizar algún atentado que empañe esta fiesta del deporte, que se está concretando con el acostumbrado esfuerzo y en medio de una gran crisis política del país anfitrión.
En contra del terrorismo se considera que los juegos pueden llegar a servir como un símbolo de unidad y resistencia contra este accionar, ya que cada vez que se ha concretado un acto terrorista como la Masacre de Munich u Operación Ikrity Biraam, en 1972, que tuvo como saldo diez atletas israelíes asesinados por una facción de la Organización para la Liberación de Palestina, generó el más enérgico repudio de toda la comunidad internacional por las circunstancias que este grupo eligió para perpetrar tan brutal acción.
Los Juegos pueden fomentar un ambiente de paz y tolerancia contrarrestando los mensajes de odio y violencia propios de terrorismo, y brindar un mensaje de esperanza y optimismo, demostrando que la humanidad puede unirse y celebrar la vida, a pesar de las amenazas del terrorismo.
Esta nueva edición de los JJ.OO. debería servir para que haya un enérgico rechazo a la amenaza terrorista que mantiene en vilo al Comité Olímpico Internacional (COI) y a cada uno de los 206 Comités Olímpicos Nacionales, responsables, que en cada ocasión trabajan para que estos juegos sean una fiesta y no un ámbito de temor y tensión.
