A pesar de los 3m09s de ventaja que el esloveno Tadej Pogacar (UAE Emirates) le lleva a su escolta, el danés Jonas Vingegaard (Visma), queda mucho terreno por delante, y el último doble campeón comentó que él fue al Tour “a ganarlo y no a salir segundo”, por lo que se espera sus ataques en las jornadas alpinas.

La última semana del Tour arrancará hoy con una etapa llana de 188,6 kilómetros entre Gruissan y Nîmes, una jornada marcada para el final al sprint. Será la última oportunidad para que los velocistas dejen su sello en la carrera y, prácticamente también, el único día a priori tranquilo que les resta a los candidatos a llevarse la victoria final.

A partir de mañana se endurece la carrera. Serán 177,8 kilómetros entre Saint-Paul-Trois-Châteaux y Superdévoluy. Será de media montaña con tres obstáculos en los últimos 40 kilómetros: un ascenso de segunda categoría (Bayard), uno de primera (Noyer) y un final en alto de tercera (Superdévoluy).

Más tranquila promete ser la etapa del jueves, de 179,5 kilómetros entre Gap y Barcelonnette, pero sus cinco puertos de tercera pueden provocar desgaste de cara a las últimas jornadas. Especialmente, antes de la decimonovena etapa del viernes, con 144,6 kilómetros entre Embrun y el final en alto en Isola 2000.

Esperarán en ella tres durísimas ascensiones en los Alpes. Las dos primeras, de categoría especial en Vars (18,8 kilómetros al 5,7%) y en Bonette (larguísimos 22,9 kilómetros al 6,9%). Como broche llegará el final en alto en la estación de Isola 2000, con 16,1 kilómetros al 7,1%. Lejos de que se rebaje el nivel el sábado, la penúltima etapa ofrecerá 132,8 kilómetros entre Niza y el Col de la Couillole, con un segunda de inicio (Braus, 10 km al 6,6%) y tres primeras (Turini, 20,7 km al 5,7%; Colmiane, 7,5 km al 7,1% y el final en alto en La Couillole, 15,7 km al 7,1%).

Se espera mucha pelea en ellas porque cerrará el Tour la contrarreloj final entre Mónaco y Niza, larga, con 33,7 kilómetros. Puede ser a priori favorable para Vingegaard, pero para ello el danés debe tratar de reducir rentas con Pogacar en el terreno montañoso que queda. Todo puede cambiar, pero Tadej ha mostrado, a lo grande, que quiere recuperar los galones que cedió en los últimos dos años a Jonas.