El juez de Garantías, Diego Manuel Sanz, cerró ayer la investigación y pasó a juicio la causa que se sigue contra el médico pediatra Carlos Dante Cabrera (59), a quien Fiscalía busca condenar al cabo del debate oral y público, porque considera que es responsable de haber cometido el homicidio culposo de una beba de 1 año y 5 meses, a la que le dio el alta con un crítico cuadro de salud en lugar de dejarla internada. La nena falleció alrededor de las 3 de la madrugada del 30 de julio de 2022, cuando era trasladada desde el hospital Marcial Quiroga hasta el Guillermo Rawson, porque sufrió un paro cardiorrespiratorio del que no fue posible recuperarla. La causa de muerte, según la autopsia, fue una neumopatía.

Ayer, el fiscal coordinador de la UFI de Delitos Especiales, Iván Grassi, enumeró las pruebas con las que, en el juicio, espera confirmar su teoría sobre el presunto actuar negligente de Cabrera, para quien buscará un castigo de 3 años en suspenso y 10 años de inhabilitación para ejercer su profesión.

El juez rechazó por contradictoria la petición de las abogadas de la familia de la víctima, Yamila Piozzi y Araceli Pérez, pues anticiparon que en el juicio pedirían 6 años de prisión por homicidio culposo por dolo eventual, una figura inexistente.

Federico Aguiar, defensor del médico, intentará demostrar en el juicio su teoría de que el profesional es ajeno a la muerte de la segunda hija de Héctor Salinas y Johana Santana. Ayer, pidió el sobreseimiento al magistrado, porque consideró que ni de la historia clínica y de ningún otro registro se desprende que Cabrera hubiera atendido a la beba. Y que no lo incrimina el hecho de que la prescripción médica (“Amoxidal 2,5 cm³ cada 8hs por 8 días. Ibuprofeno 3,5 cm³ si hay temp de 38° y control en 24 hs”), la hubiera realizado él, sin sello ni firma, porque en esos días fríos de invierno son muchos los pacientes con afecciones y no sabe cómo llegó a manos de los padres de la beba. Aguiar pidió el sobreseimiento, pero el juez rechazó el pedido con el argumento de que, por ley, el análisis de la situación del médico debe hacerse en el juicio.

Los papás de la beba empezaron a preocuparse por la criatura cuando notaron que no comía ni se alimentaba. El 26 de julio de 2022, la llevaron a la obra social de los gastronómicos y allí les recetaron un jarabe. Pero esa medicina no surtió efecto y dos días después, el 28 por la noche, la llevaron al hospital Rawson, con tos y flemas. Allí, un médico le indicó una radiografía de tórax y análisis, porque intuía un cuadro de bronquitis. Fiscalía sostiene que no fue ese profesional quien analizó los resultados, sino Cabrera, quien no vio la placa y no evaluó con pesimismo los análisis, al punto de que recetó un antibiótico y los despachó a su casa.

Ese mismo día, por la noche, ya con la nena vomitando un líquido marrón, la llevaron al Marcial Quiroga, donde otra médica se sorprendió de que no quedara internada en el Rawson por los bajísimos niveles de glóbulos blancos. Buscaron tratarla, pero decidieron derivarla en la madrugada del 30 de julio al hospital Rawson, porque temían un paro cardiorrespiratorio, que ocurrió y resultó letal.