50 años desde el nacimiento de Los hermanitos Andrada. 40 de Tres para la guitarra, que supo sumar también a la hija mujer en voz. Y 10 desde que retomaron los escenarios como A3 Hermanos Andrada. Varias celebraciones contiene el 2024 para Marcelo Alfredo (56), Rodolfo (55) y Estela Liliana (46) Andrada, quienes nacieron al ruedo folclórico de la mano del recordado Marcelo Andrada -su padre- en la ciudad de las diagonales. Cauceteros de ley, junto a él aprendieron a amar la música de la región, que desde muy pequeños cultivaron bajo su ala. Pasión que volverá a escucharse próximamente: el 17 de octubre, en un nuevo aniversario del departamento, al que año a año le hacen honores con el vals “A Caucete’, cuya letra escribió el ya fallecido cantautor Andrés Sfreddo a pedido de Andrada, quien compuso la música; y que por ahora solo sus hijos interpretan (también se la puede escuchar en redes). Y el mes próximo, en la fiesta del santo patrono departamental, Cristo Rey, cuya grilla han integrado prácticamente cada edición.
La historia del combo se remonta a la de Don Marcelo, folclorista de aquellos pagos que supo destacarse tanto en grupos como en solitario, hasta que decidió volcarse a sus dos hijos varones. Eran pequeños aún cuando les puso guitarras en sus manos y comenzó a “pulirlos’. “De cuna nos hacía cantar, hay grabaciones donde ni se nos entendía, pero el ritmo ya lo teníamos’, recordaron. En 1974, vio la luz el grupo Los hermanitos Andrada, con Rodolfo y Marcelo Alfredo en canto y música, acompañados por su papá en guitarra. El debut fue en el exitoso envío de LV1 Radio Colón, La Pandilla del Tío Melchor, conducido por Alberto Vallejos, donde actuaron hasta 1982.
Al año siguiente, por razones de salud que impidieron que uno de los muchachos continuara cantando, encararon su primera mutación. A partir de 1984 continuaron actuando, pero como conjunto instrumental: Tres para la guitarra, con Rodolfo en primera guitarra, papá en segunda guitarra y Marcelo Alfredo en ritmo. Con esa formación participaron de numerosos festivales provinciales y nacionales, llegaron a radios porteñas, acompañaron en Buenos Aires a Viviana Castro y al mendocino Andrés “Peluco’ Sfreddo, consiguieron el primer premio como Conjunto instrumental en Laborde 1991 y hasta llegaron a Chile.
“El nombre se los puso mi mamá, María Argentina Oliva’, recordó la menor de la familia y única hija mujer, quien tenía 6 años cuando empezó a acompañarlos con su canto, debutando en una de las peñas del Encuentro de los cuyanos. “Nos presentábamos como Tres para la guitarra y Estela Liliana. Nos empezaron a reconocer como el papá y los hijos, o como los tres hermanos’, rememoró la cantante y docente.
El 2012 los golpeó fuerte. Don Marcelo Andrada falleció y los hijos decidieron bajar de los escenarios “por duelo y por respeto’, si bien la música nunca dejó de acompañarlos. Cuando estuvieron listos para volver, lo hicieron, pero ya no podía ser como antes. En 2014, para las patronales de Cristo Rey, regresaron a la escena como A3 Hermanos Andrada, nombre con el que siguen actualmente.
“Elegimos ese nombre porque reúne toda la historia, la A del apellido, el 3 por los tres hermanos y también por Tres para la guitarra’, explicó Estela el nombre del grupo, que sumó a Cristian Luna -esposo de Estela- y continuó con el legado.
“Mi papá siempre ha sido del folclore cuyano y eso nos inculcó. Si bien también nos gusta el folclore nacional y otros ritmos y los hacemos según sea el escenario, más cuyano o más festivalero, nunca dejamos lo nuestro. De hecho comenzamos siempre con música cuyana, es una manera de conservar y continuar con el legado de mi padre, que elegimos y disfrutamos’, expresó Estela Liliana, feliz de seguir recorriendo caminos codo a codo con sus hermanos, como hace tantos años.
“Nuestra vida ha sido la música, que para nosotros, como nos inculcó mi papá también es unidad, es compañerismo, es amistad. Es muy lindo trabajar entre hermanos, porque arriba del escenario nos basta y sobra con mirarnos’, valoró la voz cantante de los Andrada, que -además de atesorar y proyectar la herencia paterna- comparten otro objetivo: “Transmitir a los jóvenes lo bonita que es nuestra música’.
