Durante muchos años, se fomentó y relacionó el bronceado de la piel con las ideas de belleza y bienestar. Cada verano, las playas se poblaban de hombres y mujeres de todas las edades que pasaban horas bajo el rayo del sol, desde la mañana hasta el atardecer, sin ningún tipo de protección ni resguardo. Es muy probable que ellos ni siquiera fueran conscientes del efecto nocivo que, en el largo plazo, el sol podría tener en sus pieles. Ni tampoco de que esa exposición es una de las principales causas del cáncer de piel. La buena noticia es que es prevenible y mientras sigas estos cuidados, puedes estar protegida.
1. Limpieza y exfoliación
Antes de aplicar cualquier crema hidratante o protector solar y, por supuesto, cualquier maquillaje, lo primero que tienes que hacer es mantener la piel muy limpia. Durante el verano, la piel se ensucia más. Esto se debe, además de a los agentes contaminantes y el viento, al sudor y a que quizá eres de esas personas que se tocan la cara constantemente. Pues nada como empezar por limpiarla a fondo y exfoliarla de forma periódica. La limpieza y la exfoliación son pilares de una buena rutina de belleza. La cara debes lavarla con un producto acorde a tu tipo de piel al menos dos veces al día. Por la mañana y por la noche. Al aplicar un producto limpiador, eliminas la suciedad y la grasa, con lo que evitas que aparezcan espinillas, puntos negros y granos. Una o dos veces por semana, y dependiendo de tu tipo de rostro, es aconsejable utilizar un exfoliante que te ayude a eliminar los restos de células muertas de la piel.
2. Mucha hidratación
Después de limpiar la cara, sea con agua micelar o con un jabón especial para el rostro, es momento de hidratarla. Es fundamental, no puedes saltarte este paso en tu rutina de belleza. Busca una crema hidratante que sea acorde a tu tipo de piel, pero también a tu edad. Busca una crema que pueda retener la humedad del rostro y que elimine la sequedad. La crema puedes aplicarla dos veces al día, después de la limpieza facial. Puedes probar una crema para la mañana y otra para la noche.
3. Protegerse del sol
Durante el verano sabemos que irás mucho a la playa, la piscina o de paseo. Esto significa exposición prolongada al sol. El moreno que puedes adquirir será envidiable, pero es importantísimo cuidar tu piel de los efectos negativos del sol. Para ello, no te olvides de utilizar un protector solar de amplio espectro. Este producto, que deberás aplicarlo después de la crema hidratante y una vez que ésta se haya absorbido, tiene que renovarse cada cierto tiempo. La gran mayoría de los productos de hoy en día son resistentes al agua, la arena y el sudor, pero es importante echarlos cada cierto tiempo si la exposición es prolongada. Los efectos del sol son muy negativos a largo plazo. El día de la exposición puedes quemarte y las quemaduras se van en unos pocos días. Sin embargo, las consecuencias de la exposición prolongada las verás con el transcurso del tiempo. Esto se manifiesta con la aparición de manchas oscuras, fotoenvejecimiento, arrugas y líneas de expresión prematuras, apariencia de sequedad ¡Cuida tu piel a tiempo!
4. Alimentación adecuada
Seguir una dieta rica en vitaminas, minerales y antioxidantes es muy importante para que la piel se mantenga sana y bonita. Come muchas frutas, verduras y alimentos que sean ricos en antioxidantes, pues estos contribuyen a prevenir la degeneración de las células. Una dieta adecuada ayuda a mantener la piel muy bien hidratada.
5. Hidratación desde dentro
La hidratación de la piel no debe ser cosa solo de una crema, ¡también es importante beber mucha agua! La hidratación debe ser externa, pero también interna, especialmente durante el verano. Con el calor, la piel pierde el agua que tiene de forma natural, por eso es importante reponerla. ¿Cómo hacerlo? ¡Bebiendo dos litros de agua al día! Cuando el cuerpo está deshidratado, a nivel cutáneo puede envejecer de forma prematura y la piel mostrarse seca.
> La exposición al sol
Puede ser fuente de arrugas, manchas en la piel y, lo que es más grave, cáncer de piel. De allí que los especialistas se esfuerzan en destacar que la protección solar no es sólo el mejor antiage, sino, además, una medida de cuidado para prevenir los efectos del fotodaño en la piel. Y si bien es sabido que el uso de protector solar es esencial durante todo el año, los meses de primavera y verano, además de incrementarse el tiempo que las personas pasan al aire libre, aumenta la radiación solar. Por lo que se vuelve imprescindible no obviar este paso en la rutina diaria. En estos meses hay que estar más atentos a la rutina de cuidado de la piel, y no olvidarse del último -y más importante- que es el uso de protector solar.
> Usar protectores solares de amplio espectro
Para proteger la piel de los rayos UVA y UVB, ambos con efectos nocivos sobre la piel, es imprescindible aplicarse un protector solar de amplio espectro. Lo más importante para mantener una buena rutina de piel es bloquear diariamente los rayos UVA que están presentes durante todo el año.
Aunque los rayos UVB son los principales responsables de las quemaduras (al menos de las más visibles) y suelen ser los que más tenemos en cuenta debido a que su daño lo vemos enseguida, tenemos que asegurarnos de que el filtro solar que usemos bloquee también los rayos UVA, responsables de las arrugas, la pigmentación, poros dilatados, endurecimiento de la piel y pérdida de colágeno
El mayor daño no es el que la piel recibe durante las vacaciones en la playa sino el sol que se acumula en la piel con el correr de los años. Por eso debemos elegir los filtros solares de amplio espectro, que ofrecen protección contra todos los rayos, y son aptos para todos los tipos de piel
Los protectores solares se dividen en dos categorías: químicos, que actúan como filtros solares absorbiendo la luz ultravioleta para prevenir daños en la piel, y físicos, con una base mineral que recubre la piel con un escudo físico que refleja la luz, además de absorberla. Y los productos híbridos (físicos y químicos) proporcionan una muy buena cobertura de amplio espectro de los rayos UVA y UVB.