La fiscal Marcela Torres pidió ayer que se le revoque la libertad condicional al sacerdote Walter Bustos (y que en consecuencia vuelva a prisión), porque considera que violó una de las reglas de conducta que le impusieron el 30 de mayo del año pasado, cuando lo condenaron a 1 año y 8 meses por haber abusado de un joven de su entorno, cuando tenía 15 años. Esa vez, Fiscalía reclamó y la Corte de Justicia elevó a 3 años el castigo, porque entendió que el delito se cometió el agravante de ser ministro de un culto religioso. El último viernes, tal como anticipó este diario, ese fallo quedó firme (la Defensa no pidió reclamar ante la Corte Suprema) en todas sus partes, incluidas las reglas de conducta. Entre esas exigencias, se destacaba no acercarse a la víctima ni realizar “actos turbatorios u hostigar” a la víctima, punto que la fiscal consideró vulnerado por haberse contactado con la novia del joven que abusó.

Esa misma chica denunció, el pasado 3 de mayo, que alguien que se identificó como el padre Bustos le pidió contactarse personalmente para hablar, en el lugar que ella prefiriera, sin quitarle más de 30 minutos. La joven se asustó y lo bloqueó, y enseguida recibió numerosos llamados del mismo número.

Al otro día secuestraron el teléfono y una pericia demostró que el aparato pertenece a Bustos. Sin embargo en una fiscalía de CAVIG consideró que no cometió ningún delito, pero envió sus averiguaciones a la fiscal Marcela Torres.

Según fuentes del entorno de la víctima, cuando supo que el religioso se contactó con la chica, el joven atravesó un estado de “incertidumbre, miedo y un ataque de nervios”. Y para la Fiscalía, eso representó una reedición de la violencia que había sufrido a manos del religioso.

Ahora, el juez de la Sala I de la Cámara Penal, Víctor Hugo Muñoz Carpino, deberá darle curso al planteo de la fiscal, lo que implica pedir la opinión de la Defensa antes de resolver si debe o no volver a la cárcel.