Durante las últimas tormentas que hubo en San Juan, entre los últimos días de febrero y primeros días de marzo, casi no quedaron localidades que no resultaran afectadas por estos fenómenos meteorológicos que ocasionaron daños en viviendas precarias y en rutas y caminos, especialmente aquellos que conducen a las zonas productoras de frutas y hortalizas, entre otros productos agrarios que también fueron afectados por las intensas lluvias. Las zonas más afectadas fueron Jáchal, Iglesia, Sarmiento, Albardón y parte de 25 de Mayo, donde el agua caída provocó el anegamiento de amplios sectores con la interrupción de servicios esenciales como agua potable y electricidad, y la evacuación de decenas de familias.
El corte de los caminos ocasionó un doble problema, por un lado dejó intransitable varias vías de comunicación hacia distintos poblados y por otro está provocando numerosos problemas a los productores que no pueden sacar las pocas cosechas que les han quedado, al no poder ingresar los camiones ni ningún otro tipo de transporte.
Pasada esta serie de temporales y con un clima mucho más estable, como el que hemos tenido esta última semana, hay dos grandes objetivos a los que hay que abocarse: la ayuda oficial o particular para que la gente que ha tenido problemas con sus viviendas pueda repararlas a la brevedad y el reacondicionamiento de las rutas y caminos más afectadas, teniendo en cuenta que en algunos sectores los testimonios indican que estas vías han desaparecido producto de las crecientes.
Este plan de recuperación deberá replicarse en todas las zonas afectadas de la provincia, con algunas observaciones a tener en cuenta. La reparación de las viviendas debe hacerse conforme a un plan o programa establecido, que le otorgue durabilidad a los trabajos que se realicen. No puede concebirse que esas reparaciones se limiten solo a cambiar un par de palos y colocar un nylon sobre el techo en espera de nuevas tormentas. Hay que tener en cuenta que luego vendrá la temporada invernal y que un temporal en esa época puede dejar a muchas familias nuevamente sin vivienda.
Lo mismo que las rutas y caminos, las reparaciones no deben ser solo un parche para que ante nuevas tormentas o temporales, las zonas productoras vuelvan a quedarse sin estos caminos. Hay que prever obras definitivas, como puentes, alcantarillas, defensas y todo lo que contribuya a que estas vías no se interrumpan.
Todos estos trabajos deben hacerse con una mayor visión de futuro, de lo contrario ante nuevos fenómenos meteorológicos tendremos nuevamente familias sin viviendas y zonas productoras sin acceso por rotura de los caminos.