Un video con el momento en que el abogado, Jorge Aguiar, fue detenido en plena madrugada por un grupo de policías sin ofrecer ninguna resistencia, fue la prueba clave para que el fiscal de Flagrancia, Alberto Martínez, considerara que no había cometido los delitos de atentado o resistencia a la autoridad que le atribuían. Y la consecuencia fue lógica: le pidió al juez, Alberto Caballero, que lo desligara con un sobreseimiento. Lo que siguió fue también una consecuencia esperada: el letrado contraatacó con un par de denuncias contra el policía que había ordenado su arresto aquella madrugada del pasado 1 de marzo en el conflictivo barrio General Acha, en Concepción, Capital: el cabo primero, Alejandro Meza (30). La primera fue a parar a la Subsecretaría de Inspección y Control de Gestión, donde se investiga la actuación laboral de los policías. La otra tuvo como destino una fiscalía de la UFI de Delitos Especiales, pues tanto Aguiar como su abogado, Carlos Rivadeo, entienden que Meza pudo cometer los delitos de privación ilegítima de la libertad (Aguiar pasó unas más de 8 horas preso en la seccional 2da.), detención arbitraria, abuso de autoridad y falsa denuncia.
Según Aguiar, esa madrugada alrededor de las 4,30, volvía a su casa luego de un cumpleaños acompañado de un amigo, cuando una mujer lo llamó para avisarle que detenían a su hijo menor en el barrio General Acha. Cuando llegó -dijo- buscó saber porqué lo detuvieron y dónde lo llevarían, pero enseguida Meza cargó su escopeta Hitaka, lo golpeó en el pecho y ordenó esposarlo por atentado y resistencia a la autoridad. Toda la secuencia del arresto fue grabada en celular por el amigo del letrado. Y fue clave para desligarlo.
Para el cabo primero Meza (último destino en la Motorizada I), las denuncias en su contra luego del sobreseimiento del abogado, prometen un panorama no muy alentador. Más aún porque ya está preso, pues el 20 de marzo pasado otro juez le dictó 30 días de prisión preventiva, igual para el cabo Andrés Bernal, por otra actuación irregular de ambos uniformados: el hecho que terminó con un joven de 20 años con 14 perdigones de goma en su espalda y otros 2 en su brazo derecho.
¿La razón? todo indica que a eso de la 1,30 del pasado 17 de marzo, confundieron la negativa del joven a detenerse cuando transitaba en su moto por la Ruta 40 (entre Benavides, Capital, y Centenario, Chimbas) con la de un delincuente.
Pero esa misma madrugada se supo que ni el joven tenía pedido de captura ni su moto pedido de secuestro. Es más, cuando el joven fue a pedir ayuda a la estación de servicio de Ruta 40 y Centenario, los policías que lo habían perseguido en moto tomaron para otra parte y luego presentaron un informe con supuestos datos falsos, pues decían que habían gastado las balas de goma en otro operativo. Nunca explicaron porqué persiguieron ni balearon a ese joven, pero un tercer policía que iba con ellos terminó complicándolos seriamente.
Ahora, un fiscal de Delitos Especiales deberá decidir si pide que el cabo primero Meza siga preso, mientras lo investiga por haber ordenado el ‘arresto ilegal’ de Aguiar.