En el asfalto, los pesquisas no detectaron las marcas típicas que deja el caucho quemado de una brusca frenada o el cambio inesperado de rumbo, como desesperado intento por esquivar algún obstáculo o sortear alguna situación sorpresiva. Todo indica que Franco Emiliano Riveros (22) se desvió hacia su izquierda y enfiló derecho hasta un gran eucalipto, donde la fuerte marcha de la Ford Explorer que conducía paró de golpe. El joven murió, prácticamente en el acto y ayer los investigadores creían que fue el tubo de GNC del vehículo el que le quitó la vida, al desprenderse de la “cuna” que debía sostenerlo e impactar en la parte trasera de su cabeza, indicaron fuentes judiciales.

La hipótesis del tubo de GNC como causa de muerte se sustentaba en dos evidencias: la presencia de ese objeto cilíndrico al lado del cuerpo del joven. Y la existencia de lesiones en la zona posterior de la cabeza, precisaron.

Todo pasó alrededor de las 6 de ayer sobre la calle Roque Sáenz Peña, entre Balcarce y Santa María de Oro, antes del ingreso al barrio AOMA, en Santa Lucía.

Riveros transitaba hacia el Este por Sáenz Peña cuando ocurrió el siniestro letal. Al parecer, iba a buscar al menos a un chico a la zona de Alto de Sierra, Santa Lucía, donde vivía, para luego llevarlo a la escuela. El joven habría estado en la feria municipal, donde trabajaba con familiares antes de partir a Alto de Sierra, indicaron.

El caso es investigado por policías de Homicidios y peritos de la Policía, bajo instrucciones del fiscal coordinador Francisco Micheltorena y los ayudantes fiscales Francisco Nicolía y César Recio (UFI de Delitos Especiales).

> Cinco en 13 días

La tragedia de ayer es al menos la quinta en los últimos 13 días. En cuatro de esos casos, las víctimas se accidentaron solas.