Cuando se quiere, siempre se puede. Esto semana a semana lo confirma Diego Santander y su intensa experiencia de vida porque con 14 días en la cordillera y otros 14 en San Juan, el supervisor de equipos de incendios en Veladero, se las arregla para ser parte del tremendo momento del Atlético Minero, que en su primera temporada en la Primera División de la Liga Sanjuanina está tercero en el Torneo de Verano y a punto de debutar en el Regional Amateur. Una combinación que no es simple. La demandante labor en la cordillera que lo tiene medio mes metido entre cerros, despachos, previsiones y turnos, no logra apagar esa llama del futbolista en Diego. Se las arregla, entrena solo en el campamento de Veladero y cuando baja, aprovecha cada segundo para sentirse parte del furor Minero en la temporada sanjuanina.
Estar medio mes en la cordillera pesa en todo y en el fútbol, se siente. Pero yo siempre quiero estar, ser últil. Diego Santander-Atlético Minero Argentino
A los 27 años, Diego ya tiene 5 de experiencia en la vida laboral de la minería. Hoy, en pareja y siendo papá de Joaquin, de dos añitos, Santander cuenta su historia hasta llegar a este presente: ‘Empecé en Peñarol. Yo soy de Chimbas y ahí di mis primeros pasos. Luego, entré en Inferiores de San Martín. Hice todas las categorías incluyendo las de AFA y Reserva. Pero claro, llegó un momento que el trabajo se imponía por las necesidades económica y como San Martín te exige estar al mil por ciento, tuve que dejar la vida del futbolista. Me metí con todo en la minería hasta que apareció para nosotros la Liga Minera de ASIJEMIN. Ese fue el primer contacto con un proyecto que primero nos hizo jugar la Copa de Campeones, luego ingresar a la Liga Sanjuanina en la Primera B y ahora, este momento espectacular. Yo soy el único de los chicos que empezamos en la Copa con Minero que hoy está en el plantel de la Primera A. Pasamos muchas cosas, yo entrené con Marcos Otarola primero, con Pipo Morales después y ahora con Hubert Piozzi. Todos me apoyaron, me entendieron y me ayudaron. Con Piozzi, la exigencia es mayor y soy consciente que sin entrenar como el resto, tengo que pelear y sacrificarme más. He tenido más minutos y me siento parte del grupo. Es un lindo momento’.
Sus días en la mina Veladero no se apartan del fútbol. Santander aprovecha sus descansos para poder entrenar y no quedar lejos del nivel de sus compañeros en Minero: ‘Con mi rotación en la mina, tengo 14 días arriba en la cordillera y los otros 14 en San Juan. Se hace duro porque en el descanso, la familia y las cosas del día a día se tratan de aprovechar. Entreno en el gimnasio en la mina y cuando me reintegro al grupo, tengo la comprensión del cuerpo técnico que me ayuda en todo. Ser el único trabajador minero del equipo es una situación particular que a mi, me llena de orgullo’.
Ya entrando en todo lo que se le viene a Minero entre Regional y Torneo de Verano, Diego se entusiasma: ‘Este proyecto nació de los muchachos que conducen el gremio y ha sido todo un fenómeno. Empezamos en la Liga Minera y hoy estamos en un Regional. Nada es casual, no es suerte. Esto lo pensaron y le dieron forma. Hemos pasado por todo. Pero claro, ahora Minero tiene que dar ese paso gigante que es tener su propio predio, su propio estadio. Esa es la ilusión que tenemos todos’.