2066 días de espera. 2066 días de sueños e ilusiones. 2066 días de ese sentimiento contenido hasta que llegó. Fue su día y San Martin lo aprovechó. Dos cabezazos, dos alaridos de gol para volver a Primera. Para meterse, por cuarta vez, en la elite del fútbol donde hacia 5 años, 8 meses y un día que lo buscaba. Merecido. De punta a punta. Con dos goles en el segundo tiempo y una contundente apuesta en toda la final. Federico González y Nazareno Fúnez terminaron entregándole el triunfo y el pasaje a Primera a un San Martín que vino a Cordoba a buscar lo que se merecía.
El primer tiempo fue lo que tenía que ser. Una final intensa, dura. Compleja para los dos pero en ese escenario fue San Martin el que encontró algo más de fútbol por el sector derecho con la sociedad Montagna y Pulpito para generar desequilibrio. A los 8′ Casa no pudo terminar una buena jugada asociada pero era todo un anticipo de lo que se jugaba. A los 24′ llegó la polémica cuando Casa desbordó a Padilla, metió el centro al segundo palo y Montagna, de volea, la clavó en el ángulo sin que Tagliamonte pudiera hacer nada. Pero de golazo pasó a gol anulado porque la pelota salió antes del centro de Casa. Hubo reacción en el Lobo y fue con centros para que Mondino primero y Solis después preocupara.
En el segundo tiempo, San Martin ya no perdonó nada y se metió en Primera con la autoridad de los que saben lo que quieren. Y a los 10′ empezó a tocar el cielo con las manos cuando Pulpito González metió el centro al punto penal y Fede González cambio el palo para dejar a Tagliamnonte sin respuestas. Golazo y nocaut para un Gimnasia que fue al frente por inercia. San Martín, al acecho, lo media y a los 21′ la película eligió otro protagonista cuando Nazareno Fúnez entró tras su sus ausencias por esa apendicitis y el tiempo récord para volver a estar.Apenas con 10 minutos en cancha el Flaco se estiró para ponerla en el ángulo. Otro golazo, otro alarido.
Llegaron los cambios. San Martin eligió refugio y marca, Gimnasia apostó el resto que tenia pero jamas pudo inquietar a Borgogno. En el tramo final El Lobo fue por la heroica y se topó con la convicción de un San Martin que siempre supo lo que quería.
Así, tras 2066 días de sueños frustrados, de amarguras silenciosas, San Martin volvió a ser de Primera. Con la grandeza de los que saben relamerse sus heridas y nunca se entregan. Esta vez, con acento sanjuanino en el banco de suplentes con Antuña, el Roly, Schiapparelli y Tato González, el Verdinegro terminó su año como se lo merecía desde hace rato. Siendo el mejor, sin que nadie le regale nada. Siendo otras vez de Primera. Una campaña que no fue casualidad lo pusieron en el lugar que se merece. A lo San Martín, en un clásico y con toda su gente apoyándolo en Córdoba, con San Juan delirando y festejando. Como en las mejores películas.
Fúnez, y su historia de película
Con su gol Nazareno Funes ratificó ser el muchacho de la película.. Recuperaba un tiempo récord de una operación de apendicitis volvió y metió un gol histórico, para que San Martín retorne por cuarta vez a la Primera División.
El sueño del pibe. Lo operaron el 19 de noviembre y por esa fuerza invisible que mueve a los hombres, la fe. Se puso en forma, y a lo Martín Palermo, retornó con goles de su lesión.
El gran capitán
La revancha de Pelaitay
Es uno de los laburantes del fútbol. Que no luce pero siempre está. De esos jugadores que trabajan a destajo y hablan poco. Nicolás Pelaitay, el capitán de San Martín, tuvo su gran revancha. Esa que el fútbol siempre entrega tarde o temprano. Y claro la pesadilla para Nico y su amor por San Martín empezó aquel 7 de abril del 2019 cuando la victoria ante Talleres de Córdoba con los goles de Gelabert no alcanzaron para evitar la dolorosa despedida de la Primera División. Ese día, Nico ingresó desde el banco de suplentes y como auténtico producto de la casa, sufrió y lloró ese descenso. Tal vez, ese mismo día, Pelaitay empezó a imaginar su revancha. Siguió el duro trance de militar en la Primera Nacional, el paso exitoso por Estudiantes de Caseros y la final perdida contra Instituto. No se le dio volver a Primera con el Pincha de Caseros y en su vuelta a San Juan, el Pueblo Viejo lo acogió como su hijo pródigo. Fueron dos temporadas en las que se consolidó con otro perfil más maduro, con la misma entrega pero con el oficio para ser equilibrio sin tantas amonestaciones, sin tantas expulsiones. Esa madurez lo puso en el podio de los mejores. En 2023 y en este 2024, Pelaitay adquirió otra estatura. Capitán, referente. Uno de los que no puede faltar. Y, como siempre, laburando en silencio. Hasta que llegó este domingo 8 de diciembre, para tener su revancha futbolística, y lo que es mejor con su amado San Martín.
La locura verdinegra en la plaza 25
“El que no salta es de la B”, gritaron los flamantes ascendidos a la Liga Profesional de Fútbol en medio de la fiesta de los hinchas de San Martín que se reunieron en la plaza 25 de Mayo. Fue el momento en que muchos cayeron en la cuenta del logro, un grito que fue como un pellizco para dimensionar el nuevo ascenso a Primera División.
Cientos de simpatizantes se concentraron frente a la Catedral y la plaza para celebrar el regreso a la máxima categoría y no faltaron la pirotecnia, las bengalas y la chaya con nieve artificial para llenar de ruido y color la tarde. “El que no salta es mendocino”, cantaron también, a la vez que mientras unos siguieron gritando y agitando banderas. otros avanzaron para dar la vuelta olímpica alrededor de la plaza.
Luego, los hinchas que vivieron el partido en pantalla gigante en plaza Gertrudis Funes se sumaron al festejo central y el domingo se tiñó de verde y negro en el microcentro sanjuanino.