La cosecha de puntos y el invicto se estiran para San Martín. Doce fechas sin derrotas no son casualidad y en el mundo Verdinegro eso suma, siempre suma. Pero como la ambición es grande, quedó ese gustito amargo tras el empate en Nueva Italia contra Racing porque el primer tiempo fue todo de San Martín incluso las mejores opciones y con un repetido protagonista: Federico González. Es que el goleador tuvo las dos mejores opciones de todo el partido y en la primera, Mattalia le sacó una pelota infernal contra el palo derecho y después, a los 33′ tras una infracción a Maxi Casa, erró el penal que pudo cambiar la historia. Se le abrió el remate y dejó escapar la chance de ser más punteros que nunca porque San Martín de Tucumán empataba en Santiago y Quilmes más Estudiantes perdieron. Era el momento y lo dejó escapar. Ese tal vez sea el gran lamento. Era el golpe de efecto para cerrar la primera rueda por encima de todos.
Pero hubo un partido antes y después de ese penal errado. En la primera media hora de juego, San Martín fue más. Manejó la pelota, buscó por dónde tenía que buscar, presionó, generó un par de opciones y mostró sus credenciales de líder. Pero no acertó en esas dos jugadas con Fede González y ya no fue el mismo, aunque terminó el primer tiempo siendo más que un Racing que nunca se terminó de acomodar. Fue empate con un sabor extraño. Con ese gustito a poco por el penal. Pero la primera rueda de la Primera Nacional se cerró con San Martín puntero y eso, siempre suma.