Desde que los chicos comienzan a manejar dinero es bastante difícil saber o controlar lo que compran para el consumo fuera del hogar, lo que sí se puede es hablar con ellos para explicar acerca de cuáles son las bebidas aptas para su edad y cuales no (el mismo concepto corre para los alimentos o comida chatarra). Claro que nada supera al ejemplo en casa. Desde las aparentemente inofensivas gaseosas, pasando por las que están destinadas a reponer sales minerales, hasta las energizantes, pueden ocasionar problemas en la salud de los niños y adolescentes.

Precisamente en los últimos días se han conocido algunos casos de chicos que presentaron “palpitaciones cardíacas” a raíz del consumo de energizantes. Analía Rodríguez, licenciada en Nutrición (MP 146), explica acerca de cada una de ellas y da precisiones para tener en cuenta.

-¿Qué contienen las bebidas energizantes?
Desde que existe la obligatoriedad del etiquetado frontal, en los octógonos figura lo que cada producto envasado contiene para que las personas sepamos que vamos a comprar. Por ese motivo es que en la mayoría de las bebidas energizantes va a decir que ese producto contiene cafeína. Además si la mirás en detenimiento dice que no se recomienda el consumo en niños. Eso es así porque la cafeína afecta de manera negativa al sistema nervioso cuando el niño está en etapa de desarrollo.

– ¿Cuáles son esos efectos en un niño o adolescente?
Le puede causar nerviosismo, ansiedad, exceso de palpitaciones cardíacas, problemas con el sueño, en la concentración, porque más allá de la cantidad de cafeína que contenga, en un niño tiene un efecto mayor que en un adulto. A eso se suma que tienen una gran cantidad de azúcares que aporta un exceso de calorías, aumento de problemas dentales, energía extra que el niño va a tener que gastar. Esto sin contar que muchas vienen con estimulantes extras como guaraná o taurina que tienen una similitud con la cafeína. También hay que ver que a largo plazo existe el riesgo de ser adicto a estos productos como a cualquier otro tipo de bebidas azucaradas porque el cerebro pide cada vez más azúcar. Está comprobado que estimula ciertas partes del cerebro, y se corre el riesgo de que el chico no pueda dejarlas, incluso pasa lo mismo con las gaseosas.

A veces se piensa que si damos una gaseosa o juguito estamos hidratando a un niño, y no es así cuando elegimos ciertas bebidas. Mucho menos cuando tiene cafeína que también provoca efectos sobre los riñones ya que produce mayor eliminación de líquidos ocasionando deshidratación.

– ¿Cuál es la mejor manera de hidratar a un chico que demanda un gusto diferente al agua natural?
Lo que recomiendo es agregarle al agua un chorrito de limón, naranja o mandarina ya que la misma acidez que tiene este tipo de fruta provoca una estimulación en las papilas gustativas y toman más líquido. También colocar rodajas de pepino, o de los cítricos mencionados, para que un niño acostumbrado a las bebidas azucaradas sienta que tiene otro sabor.

– ¿A partir de qué edad y en qué condiciones se pueden beber los energizantes?
En niños y adolescentes no es nada recomendable. Y en el caso de los adultos deben tener en cuenta que al contener una gran cantidad de cafeína estimula el nerviosismo, produce problemas de sueño, palpitaciones, entre otros efectos. En ese sentido primero deben valorar cuál es su estado de salud y si es recomendable en su caso. Si tiene presión alta, insomnio, si está pasando por situaciones de estrés, ansiedad, no está bueno tomar este tipo de bebidas.

– ¿Los niños pueden hidratarse con bebidas para reponer sales?
Estas bebidas isotónicas tienen un fin muy particular que es mejorar la hidratación de la persona que estuvo haciendo actividad física, además de perder líquido y sales por la transpiración. Para una hidratación del día a día cuando no se hizo ejercicio termina siendo una bebida con exceso de sales y azucares.

– ¿Qué pasa con las gaseosas? Es que tarde o temprano terminan conociéndolas en su vida social. ¿Hay una edad recomendable para que las prueben?
La exposición a este tipo de bebidas en algún punto de la vida lo va a tener, pero también es cierto que como dice una frase “uno no extraña lo que no conoce”, y si demoro esa exposición a este tipo de productos estoy favoreciendo a que el niño no tenga determinados efectos provenientes del azúcar. ¿Para qué adelantar ese hábito desde la casa cuando sabemos que no es el ideal? Si tengo que elegir una edad no elijo ninguna, que le toque cuando corresponda, pero no exponerlo desde la casa, yo no lo haría.

– ¿Las gaseosas o jugos edulcorados afectan la salud de los chicos?
Es obligación que en el etiquetado figure una leyenda precautoria que indique que contiene edulcorantes y no es apto para niños sin importar la cantidad que tenga, al igual que cuando hablábamos de la cafeína. Es que sin ser igual pasa algo similar porque estás acostumbrando al niño a umbrales de sabor muy dulce y por ende a buscar en los alimentos sabores excesivamente dulces. Por eso es usual que actualmente se encuentre todo desabrido, y los mismo pasa con la sal. Además se resguarda al chico del uso de edulcorantes artificiales que tienen estudios constantes a largo plazo para saber qué efecto tienen en el cuerpo. Está comprobado que algunos edulcorantes como el sorbitol y el manitol te pueden producir diarreas o dolores estomacales, y con eso hay tener cuidado. No es recomendable el exceso de edulcorantes en los chicos.

EL DATO
Analía Rodríguez, licenciada en Nutrición
M.P: 146
Especializada en Programas de Nutrición empresarial
Instagram: @analiarorigueznutricion

 

¡ATENCIÓN ADULTOS!
Está comprobado que el exceso de cafeína que contienen las bebidas energizantes produce en las personas nerviosismo, palpitaciones cardíacas, entre otros síntomas que no favorecen al sistema nervioso, y como si fuera poco si a eso se le agrega alcohol ¿qué sucede?

Analía Rodríguez, especialista en Nutrición, explica que “se produce una mezcla de efectos. Por un lado el alcohol es un supresor y el energizante es una bebida que te levanta por lo que reduce la percepción del efecto del alcohol. Eso provoca que una persona siga tomando sin darse cuenta de lo que le está produciendo. Otra cosa que pasa es que intensifica más la deshidratación, además esta combinación produce efectos en la frecuencia cardíaca porque por un lado, una bebida la baja y por el otro la sube, pudiendo producir arritmia o algún problema cardíaco”.

En definitiva, más allá de la edad, los especialistas recomiendan comprar y consumir productos “a conciencia”, y mejor aún si son naturales para evitar trastornos que pueden ser peligrosos.