El 35% del millar de empleados de planta permanente que tiene el municipio de Rawson mantiene estabilidad desde hace más de una década: son trabajadores categorizados según sus funciones y pueden seguir ascendiendo en su carrera. Pero el 65% restante llevaba años boyando y entrampado en peleas políticas que le impedía gozar de la proyección laboral de sus compañeros. Esa deuda histórica es la que aseguran en el municipio que ahora sí será saldada. Es que el Concejo Deliberante aprobó ayer por unanimidad el acuerdo que habían firmado el intendente Carlos Munisaga y el gremio SUOEM, que ordena y recategoriza a 653 empleados municipales.
En rigor, el acuerdo al que llegaron el gobierno municipal y el sindicato fue la decisión de ejecutar la asignación de agrupamiento y categoría en función del Convenio Colectivo de Trabajo. Es decir, ubicar a cada empleado de planta permanente en la categoría que corresponde, según el tipo de actividad que cumple, la carga horaria, la responsabilidad que tiene, la antigüedad y otras variantes.
Esto permite dos beneficios clave para los trabajadores. El primero, ser recategorizado, dado que esos más de 650 empleados estaban en la categoría mínima (y por ende con el sueldo más bajo), y ahora muchos de ellos fueron reubicados en puestos de mayor importancia. El segundo, la posibilidad de ascenso, algo que establece el mérito como el disparador para seguir creciendo en las trayectorias profesionales. Al respecto, ayer el intendente Munisaga expresó que “este es un logro que trasciende el día a día, y que permitirá que cada trabajador pueda avanzar en su carrera administrativa, basado en su esfuerzo y dedicación, brindando un mejor servicio a la comunidad”.
El acuerdo celebrado y aprobado ayer por el Deliberante llevó 5 meses de trabajo, dijeron desde el municipio. Pero tiene detrás una larga historia de desencuentros. En 2019 se había firmado el primer acuerdo para la recategorización, durante la gestión de Rubén García al frente del Ejecutivo rawsino. Pero luego vinieron enfrentamientos políticos internos que terminaron involucrando también a los gremios SUOEM y UPCN, y que dilataron el intento original de ordenamiento.
En 2020 García ordenó un relevamiento para decidir en qué categoría reubicar a cada trabajador pendiente. Alcanzaba a los empleados ingresados a planta entre 2012 y 2019 y que estaba en la categoría más baja (la J), pero que cumplía tareas en un escalafón superior, como la I, la H y la G. Así, se inició un proceso con 386 empleados, que empezaron a cobrar su categoría en porcentajes.
Pero hubo fuertes desavenencias con SUOEM por quiénes eran elegidos y a qué categorías iban a parar. En el medio, el Deliberante aprobó nuevos ascensos que luego García vetó, lo que abrió nuevos frentes de conflicto, teñidos por la interna del peronismo en el departamento.
Por eso la gestión de Munisaga volvió a realizar este año el relevamiento para la recategorización. De allí surgió el acuerdo final con SUOEM, en el que UPCN hizo de veedor, y ese consenso terminó con el visto bueno unánime del Legislativo rawsino.
- CLAVES
1- El acuerdo fue entre el municipio y el gremio SUOEM, pero también participó la Subsecretaría de Trabajo de la provincia, en tanto que UPCN tomó parte como veedor del proceso.
2- Para recategorizar, el municipio revisó más de 600 legajos y entrevistó a unos 1.000 trabajadores. También se respaldaron en documentación legal y testimonios de los directores de área.
3- El proceso iniciado en 2019 fue parte de los conflictos que el exintendente García tuvo con el giojismo. La pelea una escalada tan grande que hasta se pidió un juicio político al mandatario.