FOTOS DANIEL ARIAS
Transitó prácticamente todos los caminos que un artista tiene para llegar a Pre Cosquín. Fue con la delegación para Postales de provincia, pero también compitió y con éxito. Lo hizo como participante, en danza tradicional y en malambo, en diferentes categorías: pareja, grupo y solista, correspondientemente. Pero además llegó como preparador, tanto de comprovincianos como de malambistas de otros puntos del país. Y ahora, después de ganar con El Ramalazo -el brillante octeto de malambo que formó, dirigió e integró el verano pasado-, Juan Manuel Peletier se prepara para volver a la Próspero Molina, donde lo dejará todo una vez más, pero esta vez en un nuevo rol: el de jurado. Será el primer sanjuanino en cumplir esa función, un reconocimiento (merecido por cierto) por parte de la Comisión.
“Lo vivo como cerrar un círculo en mi carrera artística. He ido como cualquier participante que quiere representar a su provincia, luego quiere pasar a una final, después quiere ganar y todo eso se logró. He preparado a gente, mucha de afuera… Lo he transitado desde todas las perspectivas y me toca ahora estar del otro lado. Creo que es el único lugar que me faltaba transitar, una oportunidad hermosa’, dijo a DIARIO DE CUYO Peletier, que, junto a Vidala Barboza y Fernando Rodríguez, desde el 4 de enero evaluará a los bailarines, algo que ya le habían pedido antes.
“Ésta es la tercera vez que me lo propone la Comisión y lo prioricé. Antes no acepté porque, primero, estaba acompañando otro sueño, el de El Colo Zalazar; y la segunda, cuando ya había arrancado con El Ramalazo. Fueron decisiones mías’, apuntó “el sensei’, como lo apodaron. “Ahora quiero disfrutarlo, con la responsabilidad que significa, porque he estado siempre del otro lado y sé lo que se siente’, sumó Juan, listo para el desafío.
“Ese bagaje me ha hecho ir madurando en muchos puntos… Ser intérprete, preparador, alcanzar objetivos, aprender de cada persona y perder también… Creo que tengo una madurez y una visión de las cosas con todo lo recorrido’, reconoció quien supo llegar lo más lejos posible en esta competencia, aunque -lejos de toda vanidad- considera que eso no lo pone en ningún pedestal respecto de los concursantes, sean los que empiezan como los que reinciden, sino todo lo contrario.
“Yo quiero disfrutarlo, con la responsabilidad que significa, porque he estado siempre del otro lado y sé lo que se siente’
“La empatía por sobre todas las cosas. Hace un par de años ya no se dan devoluciones porque hubo algunos incidentes, entonces es cerrado por planilla; pero tenemos un contacto antes que participen, creo que será una pequeña charla que damos los jurados. Me gustaría transmitirles que se trata de ir a disfrutar, no a padecer. Obviamente hay nervios, hay presión… uno pasó por todo eso, pero hay que tratar de bajar la ansiedad. Es disfrute, en un contexto de competencia. Además, ganar o perder no te hacen mejor o peor que nadie; es algo circunstancial, por miles de factores, por eso creo que si se humanizan las competencias, podemos vivirlas más plenamente y siempre será un aprendizaje’, se explayó respecto a su impronta en esta función, que posiblemente lo pondrá frente a bailarines que ya conoce, incluso con los que ha trabajado. ¿Será complicado juzgarlos?
“Bueno, no soy yo solo, es un equipo; pero además el punto es ser objetivo, saber separar las cosas. Una amistad está siempre debajo del escenario y en lo otro, haré m i trabajo. Ser imparcial, esa es la palabra correcta. No podría ser de otra manera, no podría con mi genio, soy muy recto y sé donde estoy ubicado, es una vidriera muy importante y lo que haga habla de mí como persona también’, expresó Peletier, quien no obstante entiende que algunas cosas cambiarán un poco, tal vez. “Desde que se dijo que sería jurado me llegaron solicitudes de amistad de todo el país, pero luego gana uno y el resto me odiará! (risas). Trataré de llevarlo, de hacer entender… Me imagino un pos Pre Cosquín dando largas devoluciones por redes; espero que no, pero puede suceder’, declaró el bailarín, que no descarta, pero tampoco promete, volver a subir a un escenario a competir.
“Hoy mi pensamiento está acá y luego vendrá lo que tenga que venir. Igual tengo 48 años y en malambo hay un requerimiento físico alto, más en un contexto de competencia, que ya viví. Hay que estar a la altura, porque hay chicos desde los 16 compitiendo y es una diferencia física notable, más allá de la experiencia que uno pueda tener. También hay rubros como Veterano en Laborde y hace rato estoy en edad, pero no me pasa querer volver a competir ahora, a lo mejor más adelante sí, no lo sé; pero va por ahí, no tiene que ver con ser o no jurado’, manifestó el artista, siempre agradecido con cada persona que, de uno u otro modo, fue parte de su camino. De hecho, días atrás encontró en Catamarca a José Luis Villafañe, su primer guitarrista con quien ganó como solista de malambo, que afectuosamente lo felicitó por su crecimiento. “Y lo primero que me salió fue agradecerle, porque fue uno de los que se subió a mi locura, como mis viejos, mi familia, amigos, los que no se vieron pero estuvieron ahí… No lo hice yo solo, hubo gente que creyó en mí y a ellos, mi agradecimiento total’, valoró Juan, en una cuenta regresiva que corre tranquila.
“Cuando me llamaron quizás me agarró una especie de ansiedad, después ya no. A lo mejor cuando esté ahí y suene el himno, con las luces y toda la gente, no sé, igual no puedo saberlo ahora… Solo espero que sea una gran vivencia’, marcó con serenidad.