La tercera etapa del Giro de Italia de 166 km terminaba en Fossano era sido absolutamente soporífera. Los ciclistas rodaron en las primeras horas a un ritmo muy por debajo de lo que están acostumbrados cuando saben que hay algo en juego. Era un día llano, perfecto para los sprinters o, como mucho, para algún llanero solitario que buscase fortuna ante la desidia del pelotón.
Pero nada de eso ocurrió. Y simplemente se dejaron llevar durante decenas de kilómetros a un ritmo de unos 35 km/h. Solo en los sprints intermedios había algo de lucha por rascar algunos segundos.
Pero por suerte para los amantes del ciclismo, “Pogi” es un showman tanto antes como durante y después de la carrera. Y además está obsesionado con la victoria.
Ni siquiera en una etapa llana, perfecta para los sprinters, quería dejar pasar la oportunidad de intentar ganar. Cuando Mikkel Honoré atacó decidió salirle a rueda, y tras él fue Geraint Thomas. Sin embargo el ciclista galés no pudo seguir el ritmo y Pogacar llegó incluso a abrir un pequeño hueco.
Pero los sprinters estuvieron atentos y terminaron por alcanzarlos y se trenzaron en un sprint final sin ayuda de sus gregarios, en el que Tim Merlier superó a Jonathan Milan y Biniam Girmay.
En la general no hubo cambios, el fenómeno esloveno sigue vistiendo de color rosa. Hoy se disputará la cuarta etapa, serán 187 kilómetros con 2079 metros de desnivel, entre Acqui Terme y Andorra.