La contundencia de su presente deportivo, el potente grupo de “gregarios” que lo cuidará, y la incertidumbre sobre el rendimiento de quienes son a priori sus rivales directos, sitúan al esloveno Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) como el máximo favorito para ganar por tercera vez el Tour de Francia.
La 111 edición de la Ronda Gala, que comenzará el sábado uniendo las ciudades italianas de Florencia y Rimini (206 kilómetros) convocará -como nunca antes- a todos los primera serie del pelotón mundial. Aparte de Pogacar, quien ganó las ediciones de 2020 y 2021, estarán el dinamarqués Jonas Vingegaard (Visma- Lease a Bike) vencedor de las dos últimas versiones (2022 y 2023), el esloveno Primoz Roglic (BORA-hansgroe), el belga Remco Evenepoel (Soudal Quic-Step).
Luego de su triunfo en el Giro de Italia, donde se puso la malla de líder en la segunda etapa y terminó vestido de rosa en Roma, Pogacar apuntó su mira en recuperar el dominio en la más marquetinera de las tres grandes vueltas -de 21 etapas- que tiene el ciclismo.
¿Por qué Pogacar es el favorito? Porque hace dos años Vingegaard lo derrotó con una soberbia tarea de su equipo. Por que el año pasado el danés, aparte del apoyo de su gente, fue más fuerte en la cronoescalada (16ta. etapa) y le sacó 1m38s., diferencia indescontable entre ciclistas de tan alto nivel.
Una cruel rodada sufrida por Vingegaard, Evenepoel y Roglic en la cuarta etapa de la Vuelta al País Vasco, los dejó a los tres maltrechos. El danés y el belga sufrieron fractura de clavícula. Y, mientras Pogacar se imponía, sin despeinarse en el Giro, los otros tres intentaban mantener su estado de forma mientras se recuperaban de sus lesiones. Roglic y Evenepoel retornaron en el Critérium Du Dauphine, con victoria y séptimo puesto (a 2m25s, respectivamente).
Por como están las cosas, en el ambiente se espera que Pogacar ataque desde el primer día. El trazado tendrá siete puertos de altura tres de 2da y cuatro de 3ra categoría, intentando demoler la resistencia de sus rivales. Las opiniones coinciden en que no debe permitir que sus rivales vayan encontrando el ritmo y la forma física a medida que pasen los días. Por lo que suponen será un Tour, como el Giro, aburrido por la supremacía del fenómeno esloveno.
La mala suerte del Visma
El Visma – Lease e Bike, que el año pasado ganó las tres grandes vueltas está pasando por una serie de circunstancias que ponen en vilo su protagonismo. En el Giro su mejor hombre, el húngaro Attila Valter culminó en la posición 22, a 1h04m46s de Pogacar. La mejor performance este año en carreras de etapas fue para el estadounidense Matteo Jorgenson, que fue segundo en el Critérium Du Dauphine, a 08s de Roglic. El pedalista norteamericano, de 24 años, ganó este año la general de la París – Niza; y ante la incógnita de las prestaciones de Jonas Vingegaard se presenta como la mejor opción para ser el jefe de filas de la formación de bandera neerlandesa.
Hasta ahí todo bien. En realidad, hasta ayer, cuando se conoció que no podrá correr el Tour el estadounidense Sepp Kuss. Quien es considerado el mejor gregario del mundo, ganador el año pasado de la Vuelta de España, se contagió covid y no será de la partida limitando aún más las chances del equipo.