Es jueves al mediodía y una rutina se repite en uno de los locales del Mercado de Abasto de la Capital, en un espacio que les cede la Municipalidad. Allí, ocho voluntarias van de un lado a otro transportando toda clase de alimentos para entregar a los referentes de unos 50 merenderos y comedores comunitarios que se acercan hasta allí. El depósito está desbordado de packs de botellas de agua mineral, aceite, bolsas de arroz, fideos, entre otros alimentos que las mujeres jubiladas han trasladado desde diferentes lugares con el solo fin de ayudar de corazón. Mabel Elisandro es la coordinadora del Banco de Alimentos de San Juan y dice que necesitan un espacio más grande para acopiar más alimentos e incluso requieren una cámara frigorífica para almacenar carne y productos lácteos. Actualmente cuentan con una heladera y un freezer pero están desbordados.

A modo de balance, desde que el banco comenzó a funcionar, Mabel destaca que hay cada vez más merenderos que piden su colaboración y este año en particular, se han incrementado. “El problema es que no tenemos espacio suficiente, ya que el local mide unos 50 por 20 metros y necesitamos un lugar de por lo menos el triple de tamaño que el actual. Al comenzar esta iniciativa, nos hicimos cargo de la parte eléctrica ya que había cables colgando”, asegura y agrega que “si tuviéramos más espacio, podríamos entregar más alimentos, tenemos unos 12 merenderos en espera que no podemos ayudar por falta de espacio”.

La iniciativa del Banco de Alimentos provincial cuenta con personería jurídica del Rotary Club y pertenece a la Red de Bancos nacional. Nació por gestión de Nazarena Pujadas en 2018, quien recurrió al Rotary para obtener la personería en 2018 y al año siguiente, el banco comenzó a funcionar. Hoy realiza una tarea clave desde el sector no gubernamental, y muy alejada de la polémica que rodeó en los últimos días al reparto nacional de comida por parte del Ministerio de Capital Humano que encabeza Sandra Pettovello.

En este momento, el banco colabora, gracias a alimentos aportados por diferentes cadenas de supermercados, con 50 merenderos y comedores comunitarios de toda la provincia, excepto de zonas alejadas por problemas de movilidad de las voluntarias, quienes a su vez realizan una doble tarea: van a buscar a las empresas los alimentos y efectúan la entrega. A la vez, colaboran con familias en riesgo. “Es un trabajo arduo de toda la semana, buscamos y traemos los alimentos y el jueves realizamos la trazabilidad, es decir que evaluamos la fecha de vencimiento y los entregamos”, dice la coordinadora.

Las entregas de alimentos no son completamente gratis. Cada merendero debe aportar un monto solidario. Por ejemplo, cuenta Mabel, a cada merendero se le entregan 100 kilos de alimentos por mes, por lo que tienen que aportar 5 mil pesos; es decir 50 pesos por kilo de alimento, lo cual es simbólico. “Solamente cobramos ese monto para mostrar que no todo es gratis y que requiere un esfuerzo humano”, admite la voluntaria.

Al costo del kilo de comida cada banco lo determina según su criterio y contexto. Algunos lo establecen por producto, indica la coordinadora.

A los merenderos, a su vez, se les exige personería jurídica y el listado de las personas a quienes ayudan. Además de los alimentos, entregan pañales y elementos de limpieza, a pedido.

El banco acopia por mes unos 6 mil kilos de alimentos que se reciben y distribuyen. También se aceptan no perecederos que se entregan en forma más gradual como azúcar, leche, harina y fideos, etc. Otro de los objetivos del banco es que estos alimentos no se tiren, ya que algunos son de rápido vencimiento, a veces de una semana o incluso de dos días. “Por ejemplo, hemos recibido yogur, consultamos a quién se le puede entregar y rápidamente se le lleva o se pide que se acerquen para retirarlo”, dice Mabel.

Por el crecimiento de los pedidos a raíz de la crisis económica en el país, sobre todo este último año, desde el banco también solicitan más personal rentado que permita un trabajo diario que en este momento no es posible. El equipo del banco de alimentos está formado por siete voluntarias jubiladas y una docente activa, y los jueves cuentan con la ayuda de dos jóvenes, Emiliano y Enzo. Se trata de un trabajo ad honorem, todos los costos los cubren las mujeres. “Estamos gestionando una audiencia con el ministro de Desarrollo Humano para pedirle referencias de los merenderos que estamos ayudando. Nos faltan voluntarios para visitar los merenderos in situ. No hemos podido comprobar si las planillas que nos presentan son realmente así, no tenemos capacidad orgánica para repartir la mercadería”, admiten desde el banco.

Por ejemplo, Mabel vive en Pocito y gasta unos 5 mil pesos en promedio para ir a buscar una donación y llevarla al banco. “Todas lo hacemos de corazón y con la convicción de que es un granito de arena”, asegura.

Cada mes, las voluntarias redactan en una planilla un informe de los alimentos que entregan según su valor nutritivo: medio, bajo o nulo. Luego se informa a la Red de Bancos, formada por unos 23 en total de todo el país. “El 24 y 25 de junio habrá una reunión en Buenos Aires para intercambiar experiencias. También se puede recibir donaciones de un banco a otro, ya hemos recibido de Mendoza. A la vez se recibe el apoyo solidario de empresas de transporte”, concluye la coordinadora.

En grupo. El personal trabaja desinteresadamente en el espacio de la Feria Municipal. La personería jurídica les llegó gracias a Rotary Club.

> El equipo de voluntarias
Las voluntarias que trabajan en el banco son jubiladas de entre 60 y
70 años. Al equipo lo conforman Mabel Elisandro (coordinadora del
banco), Isabel Páez (secretaria), Patricia Bateroni (encargada de depósito),
Rosa Muñoz (contacto con los merenderos), Marta Rocco
(voluntaria), Marta Graffina (tesorera), Betina La Hoz (voluntaria). Las
originarias del Banco de Alimentos son Patricia Vateroni, Rosa Muñoz
y Betty de Richart (ya fallecida). Carolina Richart es docente y también
voluntaria, hija de Betty. Ella continúa la tarea solidaria como un
legado de su mamá.

MÁS DETALLES

1- Dónde funciona
El local del banco pertenece al municipio de la Capital y está ubicado en la Feria Municipal (25 de Mayo 999 Este).

2- Cómo ayudar
Se los puede contactar a través de IG (bancodealimentossj) y también
se puede llamar al 2645271688

3- Antecedentes
En el terremoto de enero de 2021, las voluntarias fueron en sus autos particulares a entregar elementos de limpieza, camas, frazadas y ropa.

4- En todo el país
En Argentina hay en total 23 sucursales del Banco de Alimentos. En San Juan se asiste con unos 100 kg al mes a cada merendero.