Absolución por el beneficio de la duda o condena. Esa controversia es la que debe resolver con una sentencia el juez Miguel Dávila Saffe (Sala I, Cámara Penal) en un caso con ribetes que impresionan: los supuestos tríos sexuales de una pareja con el pequeño de 5 años hijo de él. Ayer, durante los alegatos, la fiscal Silvina Gerarduzzi, entendió que en el juicio se probó que esas situaciones existieron y que, por lo tanto, el padre del menor (electricista, 35 años) debe recibir 12 años de cárcel por los delitos de abuso sexual y corrupción a menores, ambos agravados por el vínculo. Para su pareja (empleada de comercio 31 años), solicitó 2 años por abuso simple.

La abogada de la Parte Querellante, María Filomena Noriega, adhirió a la calificación del delito y el castigo solicitado por Fiscalía para el imputado. Sin embargo, consideró que ella fue cómplice en la corrupción sexual del chico y pidió para ella 5 años de cárcel.

El hecho había sido denunciado por la madre del niño el 30 de enero de 2021. Actualmente, él está preso y ella excarcelada.

Ayer sus defensores, Oscar Adárvez y María José Díaz, cuestionaron los argumentos de los acusadores para pedir una condena, y solicitaron que sus clientes sean absueltos por el beneficio de la duda.

Las posiciones enfrentadas entre acusadores y defensores, se concentraron, básicamente, en dos grupos de evidencias: el relato del menor y cómo evaluaron los psicólogos esos dichos.

Para Fiscalía y Parte Querellante, que el niño hablara de ver desnudos a su padre y su pareja, que el imputado lo obligara a tocarla a ella o sentir el olor de sus genitales cuando jugaban al doctor en la cocina o en el dormitorio, con la amenaza de golpear a su madre si no lo hacía. Que dijera que su papá lo tocaba con sus genitales o que lo dibujara solo del torso para arriba, porque ‘con la parte de abajo le hacía cosas feas’, fueron claros indicadores de un relato verosímil, no influenciado por su madre, como intentó hacer ver el acusado.

Para los defensores, sin embargo, los dichos de menor fueron ‘co-construidos’ o ‘implantados’. ‘No puede ser que el relato del menor se enriquezca con el paso del tiempo, que lleva al olvido’, dijo la defensora quien, además, cuestionó que en los comentarios del menor se detectaran las mismas palabras que usó la psicóloga que lo trababa, o que el niño dijera que debía ‘prepararse’ para poder contarle algo más de las situaciones que había sufrido.

Luego de escuchar las últimas palabras de los acusados en el juicio, el juez dará a conocer su veredicto.