La forma sexualizada en la que jugaba con los muñecos, tocándole sus genitales, nombrándolos. Comportamientos autolesivos como arrancarse mechones de su propio pelo. Sentir que tenía bichitos que le picaban todo el cuerpo. Las pesadillas que sufría, según su madre. Y referencias más contundentes, como que su tío “la chupaba”, le bajaba los pantalones y lo obligaba a tocarlo. O que le provocaba dolor con ataques más específicos con sus genitales en sus zonas íntimas. “Hubo muchos indicadores altamente significativos de abuso sexual infantil”, dijo ayer la psicóloga que entrevistó a esa nena (tenía 8 años) y concluyó que no mentía, por el crudo detalle de las experiencias que atravesó y relató en octubre de 2020, luego de que su madre denunciara a ese tío, un fletero de 56 años, por abusar de su hija y por manosearla a ella también, al menos tres veces en la finca donde ambas familias convivían.

El testimonio de la psicóloga, el relato de la niña, el de su madre y la tía a la que primero le contó de los abusos, el 6 de octubre de 2020, fueron las más salientes pruebas enumeradas ayer por el fiscal Daniel Galvani, cuando le pidió al juez Juan Bautista Bueno (Sala II, Cámara Penal) que condene a 13 años al fletero, pues consideró probado que violó varias veces a su sobrinita cuando tenía 8 años (la niña mencionó como 10 ataques).

El sospechoso llegó también acusado de manosear a su cuñada, madre de la nena, pero ayer el fiscal se abstuvo de mantener esa acusación.

“No se puede pretender una condena psicológica por un delito que no existió, el médico que revisó a la menor no detectó ninguna lesión. El informe de la psicóloga está cargado de subjetividad, hubo muchas contradicciones en los testigos y Fiscalía no pudo sostener ninguna imputación contra mi cliente”, dijo ayer la defensora Ivana Salas (el codefensor fue Rodrigo Aguirre), que pidió la absolución.

“En la entrevista, la nena se despachó con una expresión bastante llamativa, ‘el tío no sabe que lo van a sacar de la casa’, y la psicóloga supuso que lo decía porque mi cliente estaba construyendo un kiosco, algo totalmente arbitrario”, subrayó la defensora, para graficar la “falta de objetividad” de la psicóloga.

El próximo martes, el juez dará a conocer su veredicto.