Fotos: colaboración Cristian Rubia y Rosalba Marchan
El nombre de la plaza que está frente al municipio de Ullum. También el de una escuela. Inclusive que la recordada profesora de historia Margarita Ferrá de Bartol citara a Pedro Marchan -el nombre en cuestión- en sus investigaciones fue motivo de inquietud para Cristian Rubia. ¿Quién era este señor y qué habría hecho para ser merecedor de semejantes privilegios?
Lo que Cristian no sabía hasta ese momento es que este compositor, poeta y escritor tenía un enorme caudal de obra artística y de gran valor histórico que, aún luego de más de 30 años de su fallecimiento, seguía siendo una materia pendiente con sus vecinos y especialmente con las autoridades del departamento: jamás habían publicado sus escritos, los únicos que relevaban datos fehacientes del pasado reciente y no tanto, basándose en documentos oficiales, resoluciones y actas respecto de la actividad institucional, la organización administrativa, hidráulica y productiva, aparte de aspectos de la vida en comunidad como las familias que forjaron el lugar, el por qué del gentilicio, inclusive algunas información interesante sobre las escuelas o la ubicación de las viviendas. Aparte se inspiró en el paisaje y en los vecinos para crear poemas y canciones. Pero con la reciente edición del libro ‘Cimientos de una historia. La historia de Ullum”, escrito por Marchan y compilado por Rubia, se cierra el capítulo que salda esa deuda con la memoria de este rincón de San Juan y se deja un legado para los que siguen y les inquieta saber algunas curiosidades del departamento.
Nobleza obliga decir que, más allá de las voluntades por cumplir su deseo, el descubrimiento del material escrito fue mera casualidad. El periodista y realizador cinematográfico Cristian Rubia es parte del equipo que estaba haciendo la investigación que va a sustentar el futuro Parque Temático de la Usina de Ullum, un espacio que se la intendencia va a inaugurar en diciembre próximo (en lo que era la famosa confitería La Jirafa Azul, en el embarcadero). Allí se va a contar con ayuda de múltiples herramientas tecnológicas interactivas no sólo la historia del agua que se embalsa en el dique y de la generación de energías sino que va a incluir algunos destellos relacionados en el devenir universal -como el Big Bang por ejemplo- y por supuesto la historia de Ullum. Justamente adentrado en este último ítem fue que empezó a escuchar el nombre de Marchan con frecuencia y la razón por la que llegó a sus manos esa caja azul con escritos de este trabajador municipal que la hija -Rosalba Marchan- había entregado para complementar y hasta suplir los documentos que allí debían custodiar, ya que según se dispuso en una resolución de 1992, durante la gestión del intendente Roque Nelson Noriega, se creó un sector especial en el Archivo Municipal para resguardar ese trabajo.
Curioso, Rubia no perdió ni un minuto, hasta descubrir el potencial de Marchan. Leyó todos los papeles -algunos escritos a máquina, otros de puño y letra, algunos con correcciones, otros fotocopiados-, los recuperó -varios estaban en malas condiciones-, los ordenó y los compaginó. Así descubrió que al finalizar cada año, desde 1990 hasta 1992, el autor entregaba prolijamente el detalle de su trabajo, haciendo un expediente fue llamando tal cual como se titula el libro. Esto fue así, salvo en 1993, que la muerte lo sorprendió, dejando inconclusa la tarea.
‘Realmente ese material es un tesoro porque hay información valiosa, desconocida, de muchísima precisión, casi que de enciclopedia. Aportó mapas, estadísticas, registros de diversos municipios y fuentes informativas que él fue recopilando y citando por ejemplo de qué número de libro de tal o cuál archivo encontró ese dato. Entre otros detalles por ejemplo cuenta que aportó cada vecino para hacer la toma, esa obra hidráulica para que no se inunde el pueblo. Entonces dice tal persona colaboró con tanto dinero y en obreros, otro vecino dio una anchada, etc, etc. Pero a su vez dejó mucho material creativo como sus canciones o los datos volcados en un verso, la mayoría sobre Ullum, pero también dedicadas a la Difunta Correa, a Perón, a la familia, a sus amigos. Hay un poema que es el que se lee en todas las fiestas del Ullum y la canción Cimientos de una Historia, un texto estilo gauchesco que se toma casi como un himno del departamento, aparte de canciones como Ullunera flor de Cuyo y El Talacasteño, que la mayoría del pueblo canta, a veces sin saber de quién es”, dice Rubia respeto del material encontrado, que se convirtió en primera parte del libro, de 157 páginas. Hay más textos que probablemente se ocupen para un segundo libro.
> Admirador de toda la vida
Para el intendente David Domínguez, una de las personas más entusiastas con esta iniciativa, el libro no es un proyecto más de su gestión. Decir que lo conoció a Pedro Marchan, es quizás ser un poco injusto con el vínculo que los unió por años. Es que el actual funcionario en su niñez y adolescencia aprendió a tocar los primeros acordes de guitarra de su mano, interpretó sus canciones y versos y formó junto a su hijo Claudio y otro amigo -Jorge Ortiz- su grupo de música ‘Trío Ullum”, tal como figura en el prólogo de la publicación encarada por el municipio que comanda. Entre otros puntos de encuentro que los acercaron para siempre, fueron vecinos de la Villa Ibáñez, la cabecera del departamento que entre los años ’60 y ’70, según lo describe Domínguez, supo ser escenario de un gran crecimiento productivo, ‘pese a que con los años, fue complicado y actualmente el 80 por ciento de los lugareños vive bajo la línea de pobreza sin embargo genera mucha riqueza porque Ullum es el principal generador de energía de la provincia: tiene 4 centrales hidroeléctricas, 3 diques y el principal parque solar de la región”.
‘Para nosotros la publicación es muy importante porque, me atrevo a decir, es la primera edición escrita sobre un boceto de la historia de nuestro departamento. No teníamos hasta ahora ejemplares impresos, solo conocimientos e información que aparecía en distinto libros de San Juan de Videla, de Margarita Ferrá de Bartol y otros historiadores que en algunos capítulos hablan de Ullum. Este material en cambio es genuino, es parte de la identidad cultural, hecha por alguien del departamento para entender quiénes somos y de dónde venimos. Es un muy lindo trabajo”, asegura orgulloso de los 150 primeros ejemplares que ya tienen listos, y que ya presentaron en las ferias del libro de Rawson y de Mendoza. Ahora, espera ansioso que llegue el día de mostrarlos a la comunidad del lugar y empezar a repartirlos en escuelas, bibliotecas y otros organismos ulluneros. Cree que esto será antes que termine este ciclo lectivo y en la ocasión también se va a inaugurar un paseo en el Portal de Ullum, que es una obra para hermosear el ingreso al departamento y que rendirá homenaje, sin nombre alguno, a los pioneros: aquellos pobladores que dieron forma al lugar con su trabajo diario. A modo de un museo a cielo abierto, se mostrarán las herramientas y maquinarias rurales antiguas con que los vecinos hacían sus labores, antes que se construyera el dique.
‘El libro también es un merecido reconocimiento a una persona que entregó mucho a la comunidad, la mayor parte de su vida, a pesar de sus dificultades porque no era una persona instruida y porque se movía sin recursos pero lo hacía con responsabilidad y cariño. Sin lugar a dudas con su talento pudo dibujar la historia de este lugar con arte”, argumenta dejando planteada la posibilidad de hacer más impresiones, siempre y cuando la familia lo autorice, aclara el funcionario.
> Sueño hecho realidad
Rosalba Nidia Marchan -la única descendiente que vive en Ullum, ya que dos de sus hermanos fallecieron de pequeños, Gloria vive en Concepción y Claudio en Catamarca- es quien atesoró por mucho tiempo los escritos. Quizás había una razón emocional para este resguardo: ella, de adolescente, lo acompañaba en algunos de sus periplos y tomaba nota de los datos y detalles que a su papá le interesaban.
Es que Pedro no había terminado ni siquiera la primaria. Llegó a tercer o cuarto grado como mucho. Era autodidacta. Le gustaba mucho leer todo lo que llegaba a sus manos, desde un folleto, un diario o un diccionario. Inclusive de grande aprendió a escribir a máquina para suplir la tarea que les daba al personal municipal de tener que transcribir sus anotaciones, según recuerda Rosalba, que tiene 50 años, es artesana y repite de memoria mucha de la prosa del libro.
‘Cómo no recordar lo que mi papá hizo, si él nos transmitió su compromiso y amor por estas tierras. Yo creo que todo lo canalizaba con poemas y canciones, le improvisaba desde a una flor a la situación más emocionante o normal como la caída de un niño que le permitía hablar de los tropiezos que va a tener uno a lo largo de la vida”, agrega la mujer con orgullo sobre Marchan que no había nacido en Ullum sino en Pocito, pero era un enamorado del lugar al que llegó con 8 años, con su familia, cuando consiguieron trabajo como contratistas de una finca y allí se quedaron.
Cuenta que sus padres se conocieron en Chile. El hombre había viajado a Andacollo para cumplir una promesa a la virgen de ese distrito del norte. Entre el viaje en mula, la fiesta religiosa en el pueblo y su devoción, Marchan pasó varios días en el lugar. Por un percance con una prenda que había llevado como equipaje tuvo que ir a un taller de costura para que le hagan un ruedo. Quien le resolvió este detalle con hilo y aguja fue la costurera Nelly Lara. La gentileza terminó en una gran amistad y una promesa antes de su partida: si volvía al vecino país era para casarse con ella. Se escribieron cartas durante un año y cuando llegó la fecha para venerar a la Virgen, viajó y selló su amor primero por Iglesia y luego por Civil. No pasó mucho tiempo para que la pareja se instalara en San Juan. Pasaron los años, siempre muy unidos, tanto que a los pocos meses de fallecer la esposa (en abril de 1993), Marchan tuvo un infarto fatal (en septiembre de 1993). Sin lugar a dudas, dejó un gran legado.