El oficial subinspector, Ricardo Rodríguez, deberá seguir en la cárcel por lo menos hasta el próximo 12 de enero. Ese día vencerá la prórroga de 2 meses de prisión preventiva que la jueza, Flavia Allende, le aplicó el pasado 11 de noviembre y que ayer confirmó la magistrada del Tribunal de Impugnación, Ana Lía Larrea. A esa instancia apelaron los defensores del policía, Martín Zuleta y Federico Victoria, para reclamar su libertad, porque entienden que no se fugará ni entorpecerá la investigación ya casi concluída, que lo tiene como único sospechoso de haber acribillado a tiros (usó tres armas) al camionero riojano, Federico Orihuela (37), al cabo de una alocada persecución de unos 25 km por la ruta 510, en Valle Fértil, la noche del pasado 9 de febrero. La Defensa insistió que, en todo caso, Rodríguez permanezca con prisión domiciliaria porque así ayudaría a su esposa a cuidar a sus dos hijos pequeños, mientras ella sale a trabajar porque sus ingresos se debilitaron notablemente desde que está detenido.
Sin embargo la jueza adhirió a los argumentos del fiscal de Impugnación, Fabrizio Médici, y del fiscal que investiga el caso en Delitos Especiales, Francisco Pizarro, de que debe seguir preso, tal como lo sostuvo también el abogado de la familia de la víctima Reinaldo Bedini. Primero, porque es probable que se quiera fugarse ya que la pena al cabo del juicio no será condicional (sin encierro), pues el homicidio agravado que le imputan se castiga con perpetua lo que, en la práctica, se computará como 50 años de cárcel y eso lo habilitará a poder salir recién cuando cumpla 35 años preso.
También entendieron que puede entorpecer la investigación y más ahora que el caso está cerca del juicio, pues puede influenciar a los testigos y los peritos, que son principalmente policías.
Además, dijeron que no se daban los supuestos para una prisión domiciliaria y así también lo entendió la jueza Larrea.
En los últimos días, se completaron dos pericias importantes: una médica forense y un perito en balística analizaron la trayectoria de los por lo menos 16 balazos que recibió el camión de Orihuela (él sufrió 6 de esos disparos). Y otros peritos realizaron un examen de absorción atómica para detectar posibles restos de pólvora en el camión y en la ropa de la víctima.
Este examen es clave, porque una ya pericia reveló presencia de químicos usuales en la pólvora en las manos del camionero. Y eso va en sintonía con los dichos de Rodríguez, que aquella vez dijo que Orihuela, en sus múltiples zigzagueos, esgrimió y usó un arma de fuego, una posibilidad que su Defensa sostiene, a pesar de que -según Fiscalía- esa situación no fue acreditada por los demás policías presentes esa noche y porque el arma nunca fue hallada.