Diez capítulos, diez finales. Así es el camino que empezará para el Atlético San Martín en el apasionante descenlace la Primera Nacional. Es que en el mano a mano que protagoniza con los tucumanos, el Verdinegro tendrá una prueba de fuego, de caracter y de juego ante Estudiantes en Caseros, uno de los que siempre lo complicó y que hoy sabe que es el último tiro como para alcanzar a descontarle a San Martín. Será complejo, difícil. Así, como todos los partidos de la Primera Nacional. Pero claro, en Concepción, todos saben que para llegar al gran objetivo, tendrán que pasar todas estas pruebas. El último antecedente en Quilmes es el espejo donde San Martín intentará mirarse hoy al mediodia. Compacto, solidario, seguro y contundente, su última salida terminó en triunfo y hoy buscará repetir ese modelo.

Tan asi será que el entrenador Antuña tendría decidido poner en cancha a los mismos once que comenzaron contra Quilmes y también contra Talleres de Remedios de Escalada el sábado pasado en San Juan. Resignando la carta que fue ganadora en ese último juego, sosteniendo en el banco a Sebastián González que fue clave para destrabar la historia hace siete días. Así, tendrían titularidad en ese modelo de 4-4-2 tanto Gino Olguín como Ezequiel Montagna. Un modelo que no tiene misterios, que apuesta al equilibrio permanente. Con la línea de cuatro que se consolidó con el mismo campeonato y muestra números defensivos que sostienen cualquier ambición: Cáseres y Sienra juegan de memoria en la zaga y por los costados, Molina y Alvarez son clave para el desequilibrio en ataque y la solidez la defensa. En el medio, López García y Nico Pelaitay se han convertido en los pilares del equilibrio de todo San Martín y ahora con Olguín apoyando y Avaro trabajando por el costado, el mediocampo tiene una solidez que ayuda. Arriba, Funez encontró el gol y eso lo pone en cancha siempre mientras que Montagna, entrando de a ratos, se ganó su lugar.

Estudiantes viene de empatar en Arsenal y necesita ganar para consolidarse en zona de Reducido, además de intentar bajar a uno de los que manda, como plus para sus ambiciones.