No hay dudas de que el niño fue agredido: un médico constató las lesiones. Para los pesquisas tampoco hay dudas de que ese ataque tuvo un claro tinte sexual. Lo que siempre dejó incertidumbre fue quién pudo atacar a ese niño cuando tenía 3 años: en principio de sospechó de un joven de 16 años, a quien la madre del nene dijo haber visto cuando cruzaba un canal con el chico llorando y lleno de tierra, la tarde del 6 de marzo de 2022, en Chimbas. Entonces ella había ido a la casa del jovencito a ajustar detalles de un viaje que harían con otros vecinos. Aquella vez, se extrajeron muestras genéticas del pantalón del menor y un cotejo de ADN descartó al adolescente, que para entonces se había mudado con su familia a La Rioja, porque la sospecha en su contra derivó en un vendaval de pedradas contra su casa y una amenaza concreta de quemarla.
Los cotejos de ADN se ampliaron entonces a los familiares del niño. Y, oh sorpresa: los restos de semen hallados en el elástico del pantalón resultaron ser de su “padre” (el mismo ADN reveló esa vez que no lo es) un panadero de 36 años, que por ese momento convivía con la madre del chico. En el acto negó cualquier vinculación: “Yo no estuve ahí (el día del hecho), no sé por qué había algo mío ahí (semen en el pantalón). Yo lo tuve en mis brazos desde que nació, no le haría algo así”, había dicho el panadero, tras quedar imputado luego de que la causa pasara de la Justicia de la Niñez a una Fiscalía del Anivi.
Esa vez se buscó hacer una entrevista con el nene, pero los psicólogos dijeron que resultaba inviable por su extrema dificultad para hablar. Y el caso pareció enfilar hacia la impunidad, ya que a pesar del ADN no pudo confirmarse la presencia de su “papá” el día y en el momento del ataque en el lugar del hecho. Además, para los pesquisas resulta evidente que el sospechoso bien puede argumentar que luego de una práctica sexual se limpió con el pantalón del menor cuando convivían.
Poco más de 2 años después de esa violenta agresión sexual, los mismos pesquisas de la Fiscalía del Anivi, ahora dirigidos por el fiscal Duilio Ejarque, volverán a la carga para saber si el niño puede hablar e identificar a quien lo violó. La jueza del caso, Gema Guerrero, ya autorizó que los psicólogos del Anivi entrevisten en una audiencia videograbada a ese niño, que ahora tiene 5 años y podría confirmar, o no, si fue su propio “padre” quien lo sometió.