Correr y ganar la prueba de 80 kilómetros en Bariloche era la meta que se había propuesto la sanjuanina Andrea Nazara en el segundo campeonato nacional de Trail running en el que participó el sábado último. Quinta el año pasado en Córdoba, la mamá de Jordán (8 años) y Valentino (3) se había propuesto conseguir uno de los dos pasaportes que daba la prueba para el Campeonato Mundial de la especialidad que se realizará entre el 25 y 28 de noviembre en Canfranc, una ciudad de 612 habitantes, ubicada en la región de Aragón, España.

Como toda competencia de larga distancia existe un momento de crísis en cada deportista, Andrea lo tuvo cuando transitaba el kilómetro 60, pero comentó que ‘luego me recuperé y logre despegarme de mis rivales’.

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Andrea entrena a diario con la expectativa de seguir mejorando en un deporte tan lindo como exigente.

Profesora de Educación Física y propietaria de un gimnasio, aprovecha para entrenar cuando sus hijos están en la escuela. ‘Trabajo tres veces por semana en pista -hago pasadas- otros dos días realizó ejercicios de fuerza y los fines de semana es cuando suelo hacer los entrenamientos más de más carga, que suelen ser de 32 kilómetros’, explicó quien afronta esas jornadas entre montañas en solitario, pero suele encontrarse y compartir sus prácticas con su amiga Soledad Sánchez, quien culminó segunda en los 42K.

Con respecto a sus características, Andrea contó que a medida que avanza la carrera va mejorando su rendimiento. ‘Me cuesta un poco encontrar el ritmo, pero luego me suelto y despliego todo mi potencial’.

Y, si bien clasificar al Mundial era el objetivo fijado, confesó que aún no se ha planteado como conseguir los medios para solventar los gastos que demandará su cita ecuménica. ‘Recibo apoyo, y lo agradezco, de la Secretaría de Deportes, pero no sé si podrán costearme todos los gastos, o tendré que solicitar apoyo privado. Es muy reciente lo de mi clasificación’.

Su idilio con las competencias pedestres comenzó cuando tenía 20 años. ‘Me gusta correr en la calle, lo hago cada vez que puedo, pero desde que descubrí esta modalidad de hacerlo a campo traviesa salgo a la montaña seguido y participó en la mayor cantidad de pruebas que pueda’, agregó.

Sobre la diferencia de correr en pista, calle o al aire libre con los obstáculos que le pone la naturaleza, comentó que siente otras sensaciones: ‘es otra adrenalina, uno debe estar muy atenta para no pisar mal porque se pueden producir lesiones y me encanta porque es como que uno despeja su cabeza’, culminó quien fue la más veloz en la prueba de 80 kilómetros que tuvo el ascenso al cerro Otto como máxima dificultad y se desarrolló alrededor del Lago Nahuel Huapi.