Se llama Federico Gianonni, pero artísticamente es conocido como Emanero. Cantantautor, productor, compositor y ‘runflero’ como le gusta llamarse, es el exponente del momento en la escena de la música urbana argentina. En este último tiempo amplió sus horizontes al cruzar otros estilos y ritmos con artistas reconocidos de la cumbia y el cuarteto. Después de hacer historia con recitales colmados en el Luna Park, prepara su gran megafiesta en el Movistar Arena, próximamente. Mientras, continua con su gira nacional y llegará por primera vez a San Juan para conocer a su público local.

– Sos conocido en redes, visto y escuchado en numerosos medios, pero para vos ¿es el cara a cara del vivo lo que más cuenta?
– Lo que me interesa es contactar a la gente con las canciones. Nunca me consideré un showman y tampoco me sale demasiado ser el espectáculo. A través de las canciones me conecto con una audiencia y con un público que por suerte se vuelve más grande y me acompaña en el país y en el mundo. Eso me da confianza a enfrentarme a un escenario. No es que sea tímido, para nada, pero soy muy abocado a la interpretación, a cómo ordeno los temas, cómo interactúo. En la primera parte de un show intento romper el hielo y de a poco ir soltando con la gente con charlas. Como estoy haciendo esta gira por lugares que no conozco, no me gusta ser agresivo y comerme toda la cancha, sino ir entre todos llevando el encuentro.

– ¿Eso implementaste desde el día cero?
– Sí, siempre fue igual en mis shows. Hago foco en lo que dicen las canciones, con letras que tienen mucho contenido y mucho para decir. Hay gente para todo, hay personas más expectantes, otras más sueltas y otras que no quieren saltar solo escuchar. Trato de acomodarme a la energía del público que está presente en cada momento.

– Si el mensaje es más importante que el decorado ¿Qué te inspira para expresarte? ¿Cuál es la fuente para decir las cosas?
– Soy una persona callada y observadora, trato de escuchar más antes que hablar. Lo que observo lo plasmo en la canción y actúo en consecuencia. Quizás eso sorprenda, porque la gente se acostumbre más al artista extrovertido y del showman, pero eso a mí nunca me pareció necesario. Las cosas que pasan en el día a día las pienso para adentro y hablo conmigo, así nacen mis canciones.

– ¿Estás como en una línea del trovador silencioso, aunque en tu caso a partir del rap para pintar la realidad?
– Sí totalmente, pero no pongo el género por encima de mi carrera, sino al revés. El arte y la música son lo que debe estar primero y lo que deben prevalecer son las canciones. Los géneros pueden ser cosa de la moda del momento, es pasajero. Sí me gusta decirle género urbano porque ayuda a englobar varias de las cosas que hago y está bueno para muchos artistas de este palo. La música urbana permite hacer desde un rap más duro, hasta un rock y una cumbia.

– En tu función de ‘enlace’ o ser ‘runflero’, no solo invitás a otros músicos a cantar. Ahora te llaman a grabar ¿Cómo explicás este fenómeno?
– Pasa que, cada vez que intento ingresar a otro género nuevo, lo trato con respeto. Me pasó con Karina en ‘No me digas que no’, siempre fue esa mi clave, tener buena relación con los artistas tropicales argentinos… Hasta ahora no recibí ninguna queja. Cuando gané el Premio Gardel con La Konga y Antonio Ríos fue satisfactorio, porque para mí son indiscutidos e históricos de la música argentina que me enseñaron mucho. También me nutrieron Los Palmeras, Ulises Bueno, Mario Luis, Onda Sabanera… Busco eso, que me enseñen para que no salgan cosas incompletas o mal hechas en un terreno donde soy visitante.

– En otra época, no sucedían estos cruces. Cada género iba por carriles separados ¿Qué pasó en el camino?
– Creo que la música urbana, sobre todo el hip hop, tuvo la chispa necesaria que contagió todo lo demás. Claramente hubo otras colaboraciones en el pasado, no soy el único, pero el hip hop lo tuvo en su ADN desde el primer momento. Supo ser abierto a toda la región y mezclarse bien con lo autóctono. Solo me encargo de ayudar a que los cruces inesperados en la música sucedan y la gente agradece mucho.

– ¿Aspirás a ser un artista popular?
– Eso es algo que no sé si sea tan fácil de alcanzar, son cosas que deben suceder en su momento pero no depende de uno. La gente es quien te da o no te da el lugar. Si uno está dispuesto a ser famoso, dudo que pueda a llegar a ser buen actor, tal vez debe ser algo espontáneo. Lo que hoy es popular puede ser un nicho el día mañana o viceversa. Eso no lo podemos decidir, pero es lo lindo que tiene la música.

– ¿Diferenciás lo popular de lo masivo?
– Eso también lo define el público. Tampoco que tengas un gran presupuesto y producción garantiza que transformes algo o trascienda. Hay canciones que salieron del placard de un adolescente y son un hit mundial. Es algo que no se puede medir y generar de manera predeterminada o planificada. Si no, se empieza a pifiar. Para mí lo mejor es trabajar las ganas de hacer música nueva y no repetirme. Si hay algo que tengo es la perseverancia, no bajar los brazos y divertirme al hacer música.

DATO
Emanero. Jueves 18 de Julio. 21 hs. Hugo Espectáculos (España 63 sur). Entrada general: $15.000. Anticipadas en Masticket.