El joven cantautor Lisandro Aristimuño vuelve a la provincia en el contexto de una gira nacional para promocionar su última producción discográfica titulada “El Rostro de los Acantilados”, reciente ganadora del Premio Gardel 2024, que fue considerada por la Revista Rolling Stone Argentina como uno de los 10 imprescindibles discos de 2023. Pero su recital, que tendrá lugar el próximo domingo en el Teatro Sarmiento, no sólo servirá como pretexto para mostrar sus nuevas canciones, ya que también hará un recorrido por todos los temas representativos de su carrera desde su álbum primigenio “Azules Turquesas”, que está celebrando sus 20 años de existencia desde que lo publicó en 2004. Son dos décadas de trabajo que emprendió de manera autogestiva y que le valieron también otros reconocimientos, como el Konex, y ser tratado como una de las figuras más destacadas de la música argentina. En diálogo con este medio, el artista patagónico que acaba de llevarse a casa su noveno Gardel por esta placa -considerada “Mejor Álbum Canción de Autor”- comentó que su regreso será con ansias de revancha, porque en su anterior visita a la provincia, en 2021, para el Ciclo Argentina Florece que se realizó en la Quebrada de Zonda, la lluvia impidió que ejecutara su Set 1, que disponía de instrumentos acústicos y electrónicos. Esta vez vendrá con toda su maquinaria y banda completa para hacer que el encuentro con el público sanjuanino sea una experiencia inolvidable: “Será un concierto algo más rockero, potente y sonaremos con todo para que la gente la pase muy bien”, prometió.

Este octavo álbum de estudio, conformado por 13 temas, ofrece varias colaboraciones como la de Jono McCleery, Nicolás Alfieri, David Lebón (“Por encima del fuego”) y Pedro Aznar (“Devolver tu amor”). Y tal como evoca su nombre, transporta inmediatamente al paisaje natural de su Viedma natal, con sonidos orgánicos y electrónicos, mixturados con influencias del folklore, rock y el pop; una fusión especial que sólo él puede lograr. Es, en síntesis, un retorno a las raíces patagónicas, a ese sonido y conexión con el viento del sur, con la naturaleza de su terruño, pero también puede reflejar su madurez musical.

“Es que en 20 años hago un collage de todo lo que vengo haciendo en mis discos anteriores y hay muchos colores y paletas de sonidos, porque el sur siempre está sonando en mí, en las letras, en esa naturaleza que se impone cuando el Río Negro desemboca en el mar y su energía es tan fuerte al caer en esos acantilados, que me motiva a escribir canciones. El hecho de vivir en Buenos Aires me hace pensar en todas esas cosas y valorarlas aún más. Estoy rodeado ahora de edificios y pensar ese paisaje de Viedma me hace extrañarlo”, contó Lisandro.

En todo lo que contiene este material, la fusión está presente porque Aristimuño busca siempre aprovechar ritmos y estilos variados, desde el reggae, el rock, el heavy metal. Y como lo definió él mismo, “nunca tengo una intención de hacer algo purista. A la hora de hacer discos juego con los sonidos, con esa mezcla encontré mi identidad y sigo nutriendo esa sonoridad. Volver al sur, a su clima, a su viento, a su silencio y a la calma de las siestas, todo eso me genera algo nuevo. Y se potencia porque no tengo que rendir cuentas a nadie ni seguir lo que me pida una compañía. El hecho de ser independiente me da una libertad artística muy grande”, señaló convencido. Y aunque el camino de la autogestión también tiene sus riesgos y sacrificios, sin embargo, para él no se trata de ser guapo: “Es una elección de vida y una elección política también. Me apasiona la gestión y hacer música a la vez, lo disfruto”, explicó.

Con sus brillantes nueve Gardeles ratificando un rumbo desde su vitrina, Aristimuño celebra también encontrarse con las múltiples expresiones de la música argentina en cada gala de los premios más importantes de la escena nacional, donde puede contemplar también cómo está el panorama actual. “Valoro mucho los premios porque son reconocimientos genuinos al músico argentino, que muchas veces son dejados de lado y cuando nos necesitan algunos, nos usan para bailar”, comentó; y agregó: “La escena está llena de cosas buenas y bien hechas. El trap y lo urbano están muy fuertes, como antes lo estuvieron la cumbia y el reggae. Los jóvenes manifiestan cosas del sistema y del mundo que sienten, yo a su edad pensaba lo mismo, sólo que no lo decía con rap, era con rock. Me gusta lo que está saliendo, el año pasado grabé con Wos y fue estupendo. Es que estos chicos nos abren la cabeza y me parece que lo suyo trae renovación, creo que nos da más herramientas para hacer más y mejor música”, opinó el cantautor.

DATO
Lisandro Aristimuño. Domingo 9 de junio, 20:30 hs. Teatro Sarmiento. Entradas: Platea A: $25.000; Platea B: $22.000; Pullman: $18.000; Gradas: $15.000. Anticipadas en boletería y en Masticket.