El informe de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) correspondiente al mes de julio último confirmó una tendencia que ya se había venido planteando desde hace 8 meses, con una caída de la actividad de las pymes que es preocupante para el sector y que exige urgentes medidas para tratar de revertir la situación. A la reducción del 17,8% de la producción manufacturera de las Pymes se suma otro dato preocupante como es que en julio las empresas del sector trabajaron con el 60,6% de su capacidad instalada y que el 19,3 % de las pequeñas y medianas empresas tuvo dificultades para pagar salarios.

Las habituales rondas de consulta que realiza CAME entre sus asociados determinó que la mayoría de las empresas creen que la reducción de la carga fiscal es la medida más urgente. Se plantea la necesidad de disminuir impuestos nacionales, provinciales y tasas municipales. Consideran que con una reducción impositiva podrían liberar recursos financieros para mantener operaciones, invertir en crecimiento y mejorar la competitividad.

Hay otro sector que propone la implementación de políticas que estimulen la demanda interna para reactivar el consumo y sostener la producción. Sin una demanda sólida los incentivos fiscales por sí solos no serían suficientes para revertir la tendencia negativa en la actividad manufacturera.

También se señala la necesidad de crear incentivos para la contratación de personal y la necesidad de salir de un esquema en que las empresas están produciendo en un entorno donde la demanda insuficiente, los altos costos y las dificultades financieras se combinan para crear un escenario complicado.

Los principales obstáculos que enfrentan las pymes en estos momentos son la falta de ventas, los altos costos de producción y logísticos, la falta de acceso al financiamiento y los problemas de cobranza.

De la evaluación realizada por CAME un 33,4% de las empresas tuvieron que reducir gastos operativos en los últimos meses. Un 23,9% diversificó sus productos y el 15,9% tuvo que reducir la cantidad de horas laborales.

De los sectores más afectados se destacaron el de Textil e indumentaria; el de Alimentos y bebidas, y el de Papel e impresiones. Pero también hubo otros que están en similar situación como Químicos y plásticos y Metal, maquinaria y equipo.

La situación por la que atraviesan las Pymes refleja la realidad del país en donde si bien los precios se han estabilizado dentro del objetivo del actual gobierno de frenar la inflación, hay una notable pérdida del poder adquisitivo de la gente que continúa afectando la demanda interna. Este escenario se agrava por las dificultades en el acceso al financiamiento y los altos costos operativos, lo que coloca a muchas pymes en una situación difícil y con márgenes de rentabilidad estrechos.