Por su compleja geografía San Juan es una de las provincias que a menudo ofrece complicaciones cuando es necesario recurrir con ayuda ante catástrofes o accidentes naturales que se suelen presentar tanto en los centros urbanos como en las zonas más alejadas. Si bien Bomberos de la Policía de San Juan cuenta con personal adecuado y equipamiento de última generación para asistir en la emergencia, las distancias y otras complicaciones derivadas de las dificultades para ingresar o llegar a determinados sitios, es lo que determina la efectividad al momento de actuar para evitar pérdidas humanas o daños materiales de consideración. Lo mismo que la acción en conjunto por parte de las autoridades provinciales y municipales que deben velar para que la provincia cuente con todas las medidas de precaución para poder asistir a la comunidad y a sitios públicos que forman parte del patrimonio provincial.

Uno de los mayores problemas que afronta la provincia son los incendios provocados por fallas eléctricas o los que afectan a los recursos forestales. A esto hay que sumar los problemas que provocan los vientos, especialmente los Zonda; las lluvias, que aunque no son muy frecuentes cuando caen por varias horas o días ocasionan numerosos inconvenientes; los eventuales terremotos o fuertes temblores que también son motivo de asistencia a la comunidad y las epidemias que ocasionalmente suelen declararse en nuestro ámbito. Tampoco hay que olvidar los rescates que en ocasiones hay que efectuar en terrenos muy complicados. En cada uno de estos casos son los bomberos de la Provincia o voluntarios, o grupos de rescatistas los que deben recurrir, y para ello es necesario que cuenten con y todos los recursos para una efectiva acción.

En el caso del incendio que se declaró hace unos días en Iglesia, en el que no hubo pérdidas de vidas humanas pero ocasionó daños totales en viviendas y negocios puso en evidencia una situación preocupante como es la demora que tienen los bomberos de la provincia para llegar a un foco de incendio en un lugar alejado, donde tampoco hay voluntarios. También dejó demostrado que situaciones como esa pueden suceder en lugares significativos de la provincia como la Difunta Correa, Ceferino Namuncurá y Mogna, y también en Calingasta donde hay iglesias antiguas y otros edificios históricos que sería muy penoso perderlos por un incendio u otras calamidades.

Así como en Iglesia no se pudo concurrir a tiempo para salvar las pertenencias de la gente, el cuidado que hay que tener es que no ocurra lo mismo en otras zonas de la provincia, incluyendo el radio céntrico de la ciudad Capital donde hay que tener en cuenta la existencia de edificios que pueden llegar a los 13 pisos y el gran número de comercios de diversos rubros.

Es necesario tomar medidas preventivas en todos los sentidos para estas contingencias, a fin de no tener que lamentarnos de no haber estado preparados debidamente para afrontar una catástrofe.