Un nutrido grupo de chicos de la Villa Chacabuco, Valle Grande, Barrio Los Pinos y de las zonas aledañas al Ex Camping de FOECYT participaron durante tres meses del proyecto “Pilot: Making a way out no way” (Haciendo camino de la nada) que permitió medir el impacto del arte en la salud cerebral, específicamente el aprendizaje de la música. El cierre se realizó este viernes y sábado con un Festival transdisciplinario, y gratuito que reunió a artistas, neurocientíficos, investigadores, expertos en salud y líderes comunitarios. Es la primera vez que la Creative Brain Week -como se denomina a estos encuentros a nivel mundial-, se hace en Latinoamérica, y la elegida fue San Juan.

El equipo que tuvo a cargo esta tarea estuvo integrado por 30 personas de varios puntos del planeta, mientras que el gestor y coordinador fue el sanjuanino Agustín Ibañez, neurocientífico especializado en diversidad multimodal y salud cerebral de precisión, Ha publicado más de 400 artículos en 15 años de investigación, dirige el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat) de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile. También es director del Programa Internacional del Global Brain Health del Trinity College (ver más datos en “Sanjuanino y Neurocientífico”). Ibáñez contó en detalle en que consistió esta propuesta global y cómo seguirá de ahora en más teniendo en cuenta que los resultados fueron muy alentadores.

-¿Cómo surgió la idea de implementar este proyecto en San Juan?

Es una idea que venimos trabajando hace tiempo con gente de la Organización Mundial de la Salud, con varios laboratorios de Nueva York, con el Global Brain Health Institute y con el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral, ya que por mucho tiempo se ignoró el impacto de la actividad artística en la salud cerebral. Tiene muchos aspectos positivos como la atención plena, el poder desconectar la mente, focalizar la atención, desarrollar la creatividad, entre otros. Todos estos aspectos que durante mucho tiempo se los ha entendido como desconectados de la fisiología y, sin embargo, sabemos por muchos estudios -incluso varios realizados por nosotros- , que el arte en cierto contexto puede ser un catalizador de la reducción del estrés, de la autoregulación emocional, de la atención plena, que a su vez impactan en las vías inflamatorias inmunes de la salud integral del cuerpo y del cerebro. Hace mucho con varias personas entre ellas Dominic Campbell (N.d.R: científico clave en la fusión de arte y la neurociencia), que es el creador de la llamada Creative Brain Week, queríamos hacer una intervención. A eso se sumaba que hace tiempo yo tocaba con unos músicos de acá de San Juan, con Adrián Páez y Gustavo Neira, dos grandes amigos que ahora forman el grupo Copa y Vida. Ambos venían de una vida muy dura, vivieron en la calle, luego se fueron a España, y muchas otras cosas, pero siempre con la música lograron salir adelante. Hace mucho ellos me dijeron que querían enseñar guitarra a chicos de barrios vulnerables y la idea era hacerlo de manera gratuita. En ese entonces postulamos a un fondo de la Atlantic Philanthropies que está en Oxford para que ellos pudieran ir a Irlanda a formarse y entrenarse para enseñar a los más pequeños. Allí aprendieron sobre cómo impacta la música en la salud cerebral; como así también hábitos de vida saludable, hacer ejercicio, alimentarse bien, no fumar y tener vínculos sociales positivos, para poder llevar esos conocimientos a los talleres. Así nació la idea de poder hacer algo más sistemático.

– Con toda esa decisión y conocimientos ¿se pusieron manos a la obra de inmediato?

Sí, decidimos organizar una intervención multicomponente donde trabajamos con personas que hemos formado en Salud Cerebral en un curso que hicimos con el Banco Interamericano del Desarrollo hace unos años. Así van los músicos a dar clase, van los embajadores cerebrales y los tutores a enseñarle a los chicos hábitos saludables a través de juegos y cómo éstos influyen en la salud cerebral, como la prosocialidad, la empatía y la cooperación son herramientas fundamentales para esto. Trabajamos con chicos súper vulnerables durante 12 semanas en esta intervención en la que se mide pre y post de sus habilidades musicales, sus conocimientos sobre prevención de salud cerebral y su manejo de la prosocialidad. Nos ha ido realmente muy bien. Ahora nos gustaría hacerlo en muchos más barrios de San Juan, por lo que también queremos hacer un “Neuro Bus” para que los músicos vayan a zonas más rurales de la provincia.

– ¿Han realizado otras campañas anteriormente en la provincia?

También hemos trabajado con Universo de Cerebros que es una intervención de títeres espectacular en la que a través de este juego se les enseña a los chicos a prevenir la salud mental. Ya se han dado cursos a más de dos mil niños. Además estamos trabajando con una orquesta juvenil, hemos dado muchísimas charlas a familias, comunidades, docentes y ahora queremos hacer un curso certificado con el Global Health Institute donde yo trabajo para profesionales de la salud aquí en San Juan.

– ¿Esta ha sido la primera Creative Brain Week de Latinoamérica?

Sí, y estamos muy contentos por haber podido reunir artistas, científicos, músicos, pintores, neurocientíficos, gente que trabaja en salud cerebral y en políticas públicas para desarrollar métodos más integrativos y así brindar algunas herramientas a poblaciones más vulnerables. Por eso asistió Christopher Bailey, director de Artes y Salud de la Organización Mundial de la Salud; Dominic Campbell, creador de las Creative Brain Week, varios Atlantic Fellows que han trabajado en Africa, Europa y Asia con poblaciones vulnerables con algunos de estos métodos. Con estos encuentros se trabaja con la comunidad para hacer ciencia aplicada, para establecer dialogo, también hacemos todo lo posible para generar sustentabilidad y que estos programas los asimile el Ministerio de Desarrollo y de Salud, junto con organizaciones comunitarias y algunas otras que estamos tratando de convencer para hacerlo a mayor escala.

– ¿Qué resultados arrojó el proyecto Pilot?

En primer lugar hemos evaluado la capacidad musical de los chicos, el manejo de ritmos, armonía, melodía, coordinación y en sólo 12 semanas han tenido un impacto enorme comparado con la evaluación inicial. Esto se hizo con músicos expertos en evaluación didáctica. También se les preguntó sobre su conciencia de hábitos básicos y realmente han desarrollado conocimientos para entender, por citar un ejemplo, como el sueño, el dormir bien, no sólo impacta en la salud corporal sino también congnitiva, del mismo modo el impacto del ejercicio físico y de los vínculos sociales positivos. Aprendieron mucho sobre cómo tener una alimentación más saludable dentro de su contexto social y económico porque ahora saben cómo esto impacta en su capital cerebral. Han adquirido conocimientos muy fuertes para haber sido una intervención corta.

Otra dimensión que evaluamos fue la prosocialidad porque en épocas de crisis donde todo se vuelve más difícil no es sencillo mantener vínculos sociales positivos que son los que permiten atenuar el impacto del estrés. No hay que olvidar que éste produce inflamación en los intestinos, en el sistema autonómico, desregula las señales cardiometabólicas, y todo, a su vez, impacta en el cerebro. Les hemos dado herramientas básicas para autoregular, generar vínculos positivos basados en la confianza y cooperación. La idea es que las herramientas cognitivas y afectivas que te da la música, con la prevención de la salud y la comprensión de la prosocialidad sean elementos para toda la vida que se desarrollan en forma práctica. Se han dado charlas a los papás y a las comunidades para poder avanzar en este sentido. Ahora estamos trabajando con el Ministerio de Salud para llevar estas charlas a más lugares.

– Me imagino que también la gente que trabaja en el proyecto debe sentir el impacto de este trabajo

Muchísimo y sobre todo los músicos. Quiero destacar que el Indio y el Motoneta -como se hacen llamar los músicos que dictaron las clases-, tuvieron problemas de drogas, vivieron en la calle y lograron superarse a pesar de todo. Verlos ahora trabajando para que otros chicos tengan herramientas diferentes es una satisfacción muy grande para ellos y para nosotros.

– ¿Cómo se financió este programa?

Ganamos un proyecto de la Atlantic Philanthropies de Oxford, una fundación con la que he trabajado mucho. Ellos apoyan programas destinados a combatir las desigualdades del mundo en diferentes aspectos. Gracias a ellos hemos podido pagar a los profesionales, capacitar a los músicos y traer a personas destacadas. También con el apoyo del Global Health Institute y el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat) y el apoyo de instituciones locales.

– Si bien no estás viviendo en la provincia nunca perdés el contacto ni las ganas de generar actividades.

Siempre he querido hacer cosas con la provincia, y es así como estoy con todos estos programas que tienen un enfoque más integral e innovador. Además dirijo el consorcio RedLat para el estudio de las enfermedades del cerebro, particularmente la demencia en toda latinoamérica, con 13 sitios en total, uno de ellos es San Juan, que está financiado, principalmente, con fondos Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos. Este es un proyecto de 26 millones de dólares, del que soy director y cofundador junto con Bruce Miller, un investigador de Estados Unidos. Aquí trabajamos con el doctor Martin Bruno y Diana Bruno, estudiamos aspectos genéticos, marcadores de plasma en la sangre, factores ambientales como la educación, la pobreza, la alimentación. Hemos encontrado familias con mutaciones muy desfavorecidas que predisponen a la demencia y estamos haciendo otros estudios también. Realmente espero a mediano plazo trabajar a través de organismos de San Juan y fundaciones para promover la salud mental a mayor escala, desde los chicos hasta los viejos, a lo largo de todo el ciclo vital.

Datos globales del proyecto

* El Creative Brain Week (CBW) que se desarrolló este viernes y sábado en San Juan, es el primero que se hace en Latinoamérica. Fue creado en 2022 en Irlanda, con el respaldo del Global Brain Health Institute, el Trinity College Dublin y Creative Aging International.

* El proyecto PILOT desarrollado en la provincia fue concebido por 7 miembros del Atlantic Institute de distintas regiones del mundo (Argentina, Irlanda, US, Australia, Myanmar y Sudáfrica), e implementado por un equipo de profesionales locales quienes dictaron durante 3 meses clases semanales de guitarra combinadas con educación prosocial y promoción de la salud cerebral en el Ex Camping FOECYT, Villa Chacabuco, Valle Grande y Barrio Los Pinos.

*A nivel local, se firmaron acuerdos con el Ministerio de Salud de San Juan, el Instituto de Investigaciones en Psicología Básica y Aplicada (IIPBA) de la Universidad Católica de Cuyo, y el Instituto de Estudios Musicales (EIM) de la Universidad Nacional de San Juan, el Municipio de la Ciudad de San Juan y el Municipio de Rawson. También se recibió colaboración de muchas organizaciones de distintos ámbitos de la provincia

*Los músicos que dictaron las clases de guitarra fueron los integrantes de Copa & Vida: Adrián Gustavo Páez y Gustavo Adrián Neira

Experto en salud cerebral

Agustín Ibáñez es neurocientífico especializado en diversidad multimodal y salud cerebral de precisión. Ha publicado más de 400 artículos en 15 años de investigación, dirige el Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat) de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile. También es director del Programa Internacional del Global Brain Health del Trinity

Su investigación integra neuroimagen avanzada, modelado computacional, datos exposómicos y análisis conductual para explorar cómo las disparidades sociales, los factores ambientales y el estilo de vida afectan a la salud cerebral en diversas poblaciones.

Ibáñez dirige iniciativas a gran escala, como el Consorcio ReDLat. Su trabajo ha aparecido en la BBC, Nature y Discovery Channel, entre otros medios. Reconocido a nivel mundial, ha recibido el Premio ALBA-Elsevier de Ciencias del Cerebro (2023) y el IgNobel (2023), así como los honores de la Legislatura de Buenos Aires y el Premio Vecino Destacado de San Juan (2021). El liderazgo innovador de Ibáñez sigue transformando la neurociencia mundial y avanzando en soluciones inclusivas para la salud cerebral.

Coordinación mundial

Coordinar tantas personas para llevar adelante un proyecto de esta envergadura no es tarea fácil. En el caso del proyecto Pilot, la responsabilidad recayó sobre Alejandra Davidziuk desde Buenos Aires y Alfonsina Ibañez en San Juan.

En total participaban 30 personas entre embajadores cerebrales (4), músicos (2), tutores (9, asesores (5) y coordinadores de staff. Además de 7 fellows del Atlantic Institute: Agustín Ibáñez, Dominic Campbell, Jane Sloane, Ariadne Gorring, Tim Aye-Hardy, Hassena Majid, Ganzamungu Zihindula

“Desde el proyecto exploratorio que hicimos antes del Pilot en San Juan, me dediqué a coordinar los diferentes grupos de actores y partes interesadas, siempre a través de un equipo por lo que yo vivo en Buenos Aires. La responsabilidad era contactar también a las instituciones locales, generar los talleres, buscar los lugares para las charlas de concientización, realizar los acuerdos con las universidades y organismos gubernamentales. Para mi fue una experiencia enriquecedora en la que todos estuvimos aprendiendo todo el tiempo porque es un proyecto sumamente innovador con mucho anclaje territorial y con la comunidad. Teníamos que amalgamar muchas cosas, incluir gente que no está acostumbrada a trabajar en proyectos con estas características”, explica Alejandra.

 

Por Myriam Pérez
Fotos: Gentileza Alejandra Davidziuk