Estaba acostumbrado a sus días de finca y animales, a andar a caballo, a la vida de campo. Pero desde que quedó como principal sospechoso de haber matado a su propio hermano, todo cambió para Eliseo ‘Pachico’ Rodríguez (80 años). Quedó preso el mismo que su hermano Herman ‘Mito’ Rodríguez fue ultimado de un tiro en el rostro en una finca heredada de sus padres en Pocito, el 18 de abril de 2022. Y aunque pasó 2 años y 9 meses con prisión domiciliaria, su salud y su estado de ánimo empezaron a decaer hasta un punto irreversible. ‘Esta situación lo tenía muy triste, le dijo a su familia que no quería seguir viviendo así’, dijo ayer su abogado Martín Zuleta, quien esperaba revertir en la Corte de Justicia, la condena que le habían impuesto. ‘Pachico’ había recibido 14 años de cárcel por participación principal en el homicidio agravado de su hermano, que fue atribuido como autor a Juan Adrián ‘Chileno’ Riveros (35), quien recibió 16 años de cárcel.

Según Zuleta, la Corte ya había admitido su reclamo y debía resolver, pero esa decisión quizá no se produzca ante el fallecimiento de Rodríguez (el fallecimiento del imputado extingue la acción penal), que recién trascendió ayer pero ocurrió el pasado 23 de noviembre. Según fuentes judiciales, Riveros también pretendió reclamar ante el máximo tribunal de justicia local, pero le rechazaron el planteo y el fallo en su contra quedó firme.

‘Eliseo Rodríguez siempre mantuvo su inocencia y nosotros lo sostuvimos en este proceso. En la sentencia quedó claro que no estuvo en el lugar del hecho y no fue autor del disparo. No hubo congruencia entre la acusación (de Fiscalía) y la sentencia (del tribunal), no hubo prueba para sostener su vinculación con este desgraciado hecho’, dijo Zuleta.

‘Mito’ Rodríguez fue asesinado alrededor de las 13 del 18 de abril de 2022. Y desde el momento en que fue hallado en su finca de Pocito, la teoría fiscal fue que una vieja disputa por la herencia de ese terreno (además compartida por otro hermano) fue lo que llevó a ‘Pachico’ a citarlo a esa hora en la finca para matarlo en complicidad con un hombre que le hacía algunas changas, Riveros.

En poder de este sujeto encontraron el arma usada para el crimen (un revólver calibre 22 con el que amenazó a familiares de su pareja), y también la moto de la víctima, que había desarmado para venderla en partes o usarlas en otras motos de sus clientes, porque también se dedicaba a eso.