Después de la fiesta, siempre llegan los dolores de cabeza de la resaca. Pasó el baile soberbio que Argentina le pegó a Brasil, una clase de fútbol sudamericano a un equipo tan malo que parece de Concacaf, y antes también Uruguay había sufrido la jerarquía perenne de este equipo de Scaloni, que está otra vez en uno de sus picos más altos. Un breve resumen indica cinco goles a favor, apenas uno en contra y por un error no forzado, seis puntos, la clasificación al Mundial para defender el título, apariciones provechosas y las confirmaciones de siempre. Y todo esto, sin Messi ni Lautaro. ¿Dónde está el problema, la jaqueca, entonces? Ahí, justamente: ¿qué hacemos con Messi? ¿Cuál es su lugar en esta Selección que vuela?

No hay en este cuestionamiento ninguna crítica a Leo, el capitán del campeón del mundo, del bicampeón de América, el reivindicado líder de este equipo. Sucede que luego de su obra cumbre, armar un equipo CON Messi donde casi todos los demás habían fracasado por armar el equipo de Messi o para Messi, ahora Scaloni metió otro highlight asombroso: el equipo sin Messi. Y con perdón de los fanáticos, y sin ánimo de ser desagradecido con todas las maravillas que hizo por nosotros, el equipo sin Messi juega por momentos mejor que con él. Vuela. Juega a otro ritmo. Presiona hasta asfixiar. Y encima lo probó en los dos clásicos, en los partidos más difíciles que puede presentarnos históricamente la Eliminatoria. No tiene, por supuesto, la magia latente de su zurda que resuelve sola.

Messi volverá a comandar la selección en junio en Chile primero y contra Colombia después

No hay ninguna duda de que cuando vuelva, Messi será titular para Scaloni. ¿Qué habrá pensado cuando metía la historia de Instagram en la que celebró con aplausos la goleada a Brasil? Por empezar, Leo es consciente de sus limitaciones. Hace un tiempo llamó a acostumbrarse a sus dolencias, a sus lesiones, a que no pudiera terminar los partidos, justo él que quiere estar en cada minuto. El Mundial de 2026 seguramente será su última función -qué lástima que falta un año, habría que jugarlo ya- y tal vez no lo encuentre en la cancha todos los minutos de todos los partidos. La edad pasa sus facturas lógicas y encima desde hace rato él cambió la presión extrema de Europa por la suave calidez de ese intercountries rentado que es la MLS. Lo bueno es que puede quedarse tranquilo: aunque podremos seguir gozando de su magia, la era post Messi ya arrancó y no es tan traumática como la imaginábamos.

> Paredes: Error y suspensión

Si bien los festejos por el contundente triunfo ante Brasil siguen frescos, Lionel Scaloni sumó un dolor de cabeza luego de que se confirme que, a la gran cantidad de bajas que sufrirá por el Mundial de Clubes para los duelos ante Chile y Colombia, Leandro Paredes tampoco estará presente por acumulación de tarjetas amarillas. Curiosamente, el árbitro, Andrés Rojas, decidió amonestar a Paredes a los 30 minutos de la segunda mitad, pero le mostró la tarjeta por error a Rodrigo De Paul, uno que también estaba en capilla. Así, la primera impresión fue que el Motorcito había sido apercibido y había llegado a dos amarillas. Como éste ya iba a ser una baja, como consecuencia de lo que será su participación en el Mundial de Clubes, la preocupación no era tan grande. Pero la tranquilidad duró poco.

Es que, cuando se presentó el informo arbitral oficial, el mismo reflejó que fue Leandro Paredes el amonestado en Argentina. De esta manera, el jugador de la Roma llegó a dos amarillas, deberá cumplir una fecha de suspensión y, como el conjunto italiano no jugará el Mundial de Clubes, se sumará a la extensa lista de bajas para el equipo de Scaloni para la cita del mes de junio.