Para los profesantes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días un templo no solo es un lugar de fe y reunión. Se lo considera un espacio sagrado. Es por eso que están felices de que en los próximos días se bendecirá el templo más cercano a San Juan, donde podrán hacer aquellas ceremonias consideradas especiales y quieren compartirlo con toda la comunidad cuyana. De hecho, el santuario que está en la Avenida Champagnat -cerca del Dalvian, el super confortable complejo habitacional privado de Las Heras- en Mendoza, tendrá sólo por las próximas semanas sus puertas abiertas para quien quiera conocerlo. No importa si el visitante es practicante o no, si abraza esa u otra religión; todos podrán recorrerlo por simple curiosidad o por la necesidad espiritual que imparte el lugar.

Hasta ahora para poder asistir a un lugar de esta envergadura tenían que ir a Córdoba, Buenos Aires o inclusive Chile.

‘Para nosotros, el templo es una ofrenda a Dios y como para Él somos todos sus hijos, por ende somos hermanos, creemos que todos pueden venir a conocer esta Casa del Señor”, tal como define a esta obra la sanjuanina, Carina González, una de las miembros de la iglesia, conocida como mormona (aunque en realidad Mormón es uno de los profetas). Ella es directora de Comunicación de la Región San Juan-San Luis, es voluntaria, da clases en la Sociedad de Socorros (un grupo de mujeres que se reúne los domingos) y una de las ‘obreras” del templo, esto es que recibe a las personas que van allí.

Fue la máxima autoridad de esta iglesia cristiana, el propio presidente Rusell M. Nelson, quien anunció en 2018 la buena nueva de la construcción en Mendoza, junto a otras 11 edificaciones más distribuidas en el mundo. Recién en 2020 se hizo la palada inicial y en todo este tiempo hubo colaboración de los miembros de la iglesia de todo el planeta a través de donaciones y del diezmo -una práctica bíblica por la cual se entrega la décima parte de los ingresos- para ver terminado el flamante edificio de más de 2044 metros cuadrados -en un predio que tiene 6 hectáreas- y con una altura de 33, 6 metros (hasta el pináculo de la aguja que corona el inmueble que caracteriza a estos sitios de esta religión).

Por estos días, y casi de manera exclusiva, el templo -que se diferencia de las capillas que hay a lo largo y ancho del mundo, tan solo en la provincia de San Juan se contabilizan 16 aproximadamente, por no ser solo un lugar para las reuniones sacramentales y de adoración (similares a las misas dominicales), espacios de aprendizaje y otras actividades comunitarias sino para ceremonias de casamientos o sellamientos de familias, solo por citar algunas- se podrá conocer por medio de visitas guiadas.

Es que aparte de identificar muchos de los materiales utilizados, la construcción es llamativa no sólo por su magnitud sino además porque está llena de simbolismos bíblicos y detalles localistas. Por ejemplo según detallan desde la iglesia, la arquitectura del edificio está inspirada en otros diseños de construcciones religiosas e históricas de la región. Explican que la estructura simétrica de hormigón y acero está revestida en piedra caliza Moleanos, extraída de Portugal. El edificio central alberga diferentes sitiales con finalidades determinadas para esos momentos especiales que viven los creyentes, en los que se pueden observar ilustraciones referidas a la vida de Jesucristo pero también dos obras de arte originales como la que lleva el nombre de ‘Nacimiento del río Tunuyán” del pintor de Cutral Co, de la patagonia argentina Oscar Campos y la pintura ‘Argentina, Monte Aconcagua” del artista Kimbal Warren de Utah, Estados Unidos.

En el interior se destacan los vitrales artísticos que tienen las ventanas, diseñados con la flor de la jarilla como protagonista. Aunque nobleza obliga decir que no es el único sello de la región utilizado: patrones y figuras geométricas -como rombos- están presentes en los motivos de diseño del templo, replicando los azulejos de la plaza España de Mendoza; al igual que la referencia a acequias y canales de riego tan característicos de la zona desértica cuyana se repiten en los elementos de diseño.

En el exterior hay grandes jardines en los que se sembraron árboles, arbustos y plantas perennes nativas, entre otras lavandas.

‘Esta Casa del Señor es una ofrenda a Dios por eso se utilizan los mejores materiales y se cuidan todos los detalles. Por ejemplo para poder ingresar al templo, una vez consagrado, debemos mostrar una identificación como miembros fieles bautizados que es otorgada por nuestros obispos y presidentes de Estacas locales. Tenemos que tener una preparación especial para ir. Si bien debemos llevar la mejor ropa que tenemos, una vez dentro, nos cambiamos y vestimos la ropa blanca del templo. Esto simboliza que dejamos atrás todas las distracciones del mundo y vestidos de blanco vivencia la unión y un sentimiento de igualdad con los demás ya que todos estamos iguales. Aquí se presta mucha atención a la modestia”, asegura Carina González.

En el templo se hacen las ordenanzas con el Padre Celestial, una serie de instrucciones y convenios de los individuos y las familias para vivir rectamente y cumplir con los requisitos del Evangelio. Allí también está el Bautisterio, una pila bautismal -que en este caso, según explica Carina González, tiene el simbolismo de estar apoyada en 12 bueyes que representan las doce tribus de Israel- donde se da el bautismo a los antepasados fallecidos que no recibieron las ordenanzas esenciales del Evangelio ya que creen que el ‘espíritu sigue viviendo”. Hay salas de Instrucción, salas de Sellamiento (en las que los novios ‘se unen en matrimonio no solo por esta vida sino por toda la eternidad, allí también se sellan con promesas y convenios las familias), el Salón Celestial, entre otros.

Anexo tal templo hay una capilla y un edificio de arribo para misioneros o miembros que puedan pernoctar con todas las comodidades por un par de días.

Puertas Abiertas

Que el templo convoque a las llamadas ‘Jornadas de Puertas Abiertas” significa que fieles, creyentes, autoridades religiosas, voluntarios puede ir a conocer el lugar, de todos modos, está invitación está especialmente lanzada para el público general, es decir, todos aquellos que sin tener un vínculo con la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, puedan acercarse y ver cada rinconcito. Estos recorridos -que tienen una extensión de 30 minutos aproximadamente y en los que se puede preguntar lo que cada uno quiera saber- se hacen desde el jueves pasado (22 de agosto) y se extenderán hasta el sábado 7 de septiembre de 2024, en el horario de 9 a 21 horas, todos los días, excepto los domingos.

El acceso es libre y gratuito. El público puede visitarlo en cualquier momento, sin necesidad de pedir autorización previa o permiso. Sin embargo, luego de la fecha convenida, el templo será ‘dedicado” formalmente, algo que se considera una bendición por medio de una oración especial, que está prevista que sea el domingo 22 de septiembre, por lo que la concurrencia al lugar sagrado será exclusiva para los miembros de la iglesia que estén preparados para ello.

Ya hay muchos sanjuaninos que lo han visitado, no sólo los fieles, sino además la titular la Secretaría de Relaciones del Gobierno de San Juan y miembros de ONG y distintos cultos de la provincia como la Mesa Interreligiosa Provincial, la Comisión de Justicia y Paz, el Foro de Religiosos de San Juan, entre otros.

El 197
Cuando se dedique o bendiga el Templo de Mendoza y comience a cumplir tal función, será el templo número 197 en funcionamiento de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la cuarta Casa del Señor terminada en Argentina. Los otros templos en funcionamiento se encuentran en Buenos Aires (desde 1986), Córdoba (2015) y Salta (desde junio de este año). Además el templo de Bahía Blanca está en construcción y se planifica uno en Rosario y un segundo templo en Buenos Aires.

En San Juan
Los primeros misioneros llegaron a Sudamérica en 1925. Pero en San Juan, los miembros recuerdan la pequeña rama presidida por el Elder Summer Smith, en 1959. En ese entonces los bautismos eran realizados en los baños termales de ‘La Laja” ya que no había pila bautismal. En 1973 se dedicó la primer capilla y el 22 de enero de 1980 se formó la estaca San Juan, con Ricardo N. Ontiveros como presidente, y Dino Zambonini y Pedro Mayo Mazitelli como consejeros.

Actualmente hay dos estacas: la San Juan Nuevo Cuyo y la de Chimbas que abarca hasta Valle Fértil.

 

Por Paulina Rotman
Fotos: colaboración Comunicación Región San Juan-San Luis SUD