Fue una vecina que siempre lo asistía con comida y otras cosas la que se preocupó y le pidió a su marido que se metiera a la casa y viera si le había pasado algo a Juan Carlos Muñoz (65 años). Cuando el hombre ingresó, sobre las 4 de ayer, se topó con el cuerpo tirado detrás de la puerta (estaba abierta) de su precaria habitación con una bolsa de nylon en la cabeza. Instantes después, personal de una ambulancia constató que estaba muerto. Y enseguida esa casa en el 1596 de la calle Espejo, en el barrio Camilo Rojo, Santa Lucía, se llenaba de policías, peritos y un equipo de fiscales, porque Muñoz había sido víctima de una muerte violenta.

Los médicos estimaron luego que ese hombre que tenía problemas con el consumo de alcohol (eso refirieron los vecinos a los pesquisas), llevaba entre 24 y 36 horas de fallecido. Y que a pesar de presentar heridas punzantes (al parecer con un trozo de tijera), había muerto a causa de múltiples golpes (¿con la contrapesa de una balanza?), la asfixia y ahorcado, probablemente con la bolsa que tenía en su cabeza, indicaron fuentes judiciales.

Las averiguaciones de policías de Homicidios, del fiscal coordinador Iván Grassi, el fiscal Nicolás Schiattino y el ayudante fiscal Sebastián Gómez (UFI de Delitos Especiales), los llevaron pronto a un sospechoso, un sujeto de apellido Díaz que era una suerte de inquilino de Muñoz, porque vivía en la habitación contigua a la de la víctima (ambas interconectadas por una puerta).

Ese sujeto quedó arrestado ayer por la tarde, porque su versión informal de lo que hizo durante el tiempo en el que se supone que Muñoz fue asesinado, no resultó del todo convincente.

Y anoche no se descartaba que la víctima hubiese tenido una violenta discusión por problemas de convivencia con ese inquilino, que terminó de la peor manera para el hombre de mayor edad y más débil a causa de sus problemas por el consumo de alcohol, precisaron.

Todo indica que, en las próximas horas, ese sujeto se sentará en el banquillo de los acusados para ser formalmente imputado frente a un juez, por el presunto homicidio del hombre que le facilitaba un techo para vivir.